Toluca, Méx. A un mes del paro estudiantil en la (UAEMéx), estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Conducta, uno de los planteles en paro, exponen que por años mantuvieron su reclamo de seguridad y violencia institucional, pero siempre fueron ignorados e ignoradas.

La comunidad en paro recuerda que en 2020 encabezaron el cierre de las instalaciones para denunciar el acoso sexual, y la violencia dentro y fuera de esta facultad como parte del movimiento #MeToo.

En este entonces, refieren, buscaban justicia contra profesores acosadores de alumnas, además del caso que llegó a los tribunales sobre el tráfico de imágenes sexuales de las estudiantes.

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Sin embargo, el ánimo de lucha fue apaciguado por la pandemia por Covid-19.

A un mes del inicio del paro, la comunidad estudiantil de la UAEMéx en Toluca persiste en su lucha contra la violencia institucional y el acoso / Foto: Arturo Hernández
A un mes del inicio del paro, la comunidad estudiantil de la UAEMéx en Toluca persiste en su lucha contra la violencia institucional y el acoso / Foto: Arturo Hernández

“En ese entonces habíamos logrado que se nos escuchara y reconociera como legítimo nuestras y nuestros reclamos, pero la situación de emergencia sanitaria nos obligó a dejar la lucha a muchas compañeras”, dijo una parista anónima.

Denuncian que pese a la promesa de castigar a quienes violentaron a la comunidad, la situación no cambió, incluso se protegió a los violentadores.

A esa situación de violencia al interior, lamentan, la condición de alta criminalidad en la periferia en el barrio de Tlacopa persiste y se acrecienta cada año.

La indignación estudiantil en la UAEMéx: Un movimiento que busca poner fin a años de denuncias ignoradas y promesas incumplidas / Foto: Arturo Hernández
La indignación estudiantil en la UAEMéx: Un movimiento que busca poner fin a años de denuncias ignoradas y promesas incumplidas / Foto: Arturo Hernández

Al ser un espacio donde aproximadamente el 70% de la matrícula escolar son mujeres, indican que la vulnerabilidad a la violencia, sobre todo de tipo sexual, se suma a los robos, asaltos y abusos sexuales hacia las estudiantes.

“Es una situación de violencia terrible nuestros acosadores saben que somos mujeres que por las noches salimos solas a buscar el transporte”, indicó una de las estudiantes.

Los puentes peatonales que se utilizan para llegar a este sitio exponen la falta de seguridad con un deficiente alumbrado público, con el frecuente embate de motorratones.

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En años pasados, directivos de esta facultad han solicitado más elementos de seguridad en la periferia de la facultad.

Ante un conflicto estudiantil que parece lejos de solucionarse, advierten que defenderán las banderas de la no hacia las estudiantes y castigo hacia los acosadores hasta las últimas consecuencias.

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