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Toluca, Méx. “Siempre vivirás en mi corazón, en cada latido y cada momento”, es la frase que, junto con algunas mariposas en color morado, enmarca la sala de despedida ubicada en el Hospital Mónica Pretelini. Este espacio está destinado para las mujeres que han perdido a su bebé en el periodo perinatal puedan decirle adiós.
Dentro de este cuarto, la madre y algunos familiares pueden tener el último contacto con aquel niño o niña que, por diversas circunstancias, ha trascendido.
“El hecho de que yo pueda cargar a mi bebé, de que pueda darle un beso, de que pueda conocerlo... porque a veces ni siquiera nos damos la oportunidad de conocer al ser que llevamos durante un periodo de tiempo dentro de nosotras. Y digo ‘periodo de tiempo’ porque sabemos que las pérdidas no ocurren exclusivamente al término del embarazo, en un parto a los nueve meses.
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“Entonces, el hecho de que yo pueda abrazar a ese ser con el cual tuve conexión desde el día uno, pues es como generar una paz interior, una calma, tal vez no total, pero sí me va a permitir creer que existe alguien que trascendió, que tuvo un rostro, que tuvo forma, que tuvo realmente un sentido de vida, y que, básicamente, será un momento de despedida en lo que a nosotros nos toca trascender”, refirió Jadhyt Vilchis Ramírez, jefa de la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales de la Secretaría de Salud estatal.
Dentro de la sala de despedida, se colocó un bambineto con un velo, donde el personal médico deposita al bebé para que su madre, una vez que ingrese, pueda verlo de una manera distinta y hacer que la despedida sea menos dolorosa.
La verdad es que el hecho de que puedan ver al bebé, por lo menos tenerlo unos minutos en brazos, significa mucho para ellas, porque es despedirse de alguien, de una identidad. Al final del día, no sólo se pierde al bebé, se pierde incluso la posibilidad de volver a ser madre. Y es que, aunque suene muy cruel decirlo, hemos detectado que hasta la manera en que intentamos consolar puede ser dolorosa. A veces le dicen a la madre: ‘Quédate con la tranquilidad de que tienes más hijos’”.
Jadhyt Vilchis Ramírez, jefa de la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales de la Secretaría de Salud estatal.
A la par de la sala de despedida, también se cuenta con una “habitación mariposa”, un espacio al que se dirige la madre que ha perdido a su bebé, con la finalidad de evitar un dolor mayor al estar en contacto con recién nacidos o mujeres embarazadas.
“Eso es lo que buscamos con este tipo de espacios: evitar que una mamá que acaba de perder un bebé escuche el llanto de otro bebé a corta distancia, porque eso remueve profundamente el dolor que lleva dentro. Tratamos de que tanto la sala de despedida como la habitación mariposa estén en un área que le permita tener un momento de tranquilidad y paz, sin asociaciones que puedan multiplicar el dolor que ya está sintiendo”, añadió la jefa de la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales.
Pérdidas perinatales
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en 2020 se estimaban alrededor de dos millones de pérdidas perinatales anuales por diversas causas.
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El hecho de pensar en ese número de pérdidas neonatales al año y que esas cifras, estimadas desde 2020, reflejan realidades que podrían haberse evitado hasta el día de hoy, nos confronta con la necesidad de mejorar la atención y el acompañamiento en estos procesos”.
Jadhyt Vilchis Ramírez, jefa de la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales de la Secretaría de Salud estatal.
Ambas salas forman parte del protocolo “Código Mariposa”, implementado por la Secretaría de Salud del Estado de México, el cual también ofrece atención psicológica y emocional a mujeres en duelo perinatal.
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