Toluca, Méx. Al despachar en una gasolinera local, , de 52 años, madre soltera de tres hijos se gana la vida, orgullosa de lo que hace y porqué lo hace: sacar adelante a sus hijos.

Este 10 de mayo, mientras muchas madres en México serán agasajadas con flores, comida y abrazos, “Vicky” como le gusta que le digan, lo pasará entre autos, gasolina y el olor característico del asfalto caliente, sin olvidar la sinfonía del caos de las calles.

Vestida con uniforme y una sonrisa que no deja espacio al cansancio, comparte para EL UNIVERSAL Estado de México que este sábado trabajará, pero lejos de quejarse, lo vive como una celebración distinta: la de sostener a sus tres hijos con esfuerzo y dignidad.

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Su historia es la de miles de mujeres mexicanas que cargan sobre sus hombros no solo la responsabilidad de criar, sino la presión económica de sostener un hogar / Foto: Miguel García
Su historia es la de miles de mujeres mexicanas que cargan sobre sus hombros no solo la responsabilidad de criar, sino la presión económica de sostener un hogar / Foto: Miguel García

Yo me siento orgullosa de ser mamá y tener mis tres hijos, a pesar de las circunstancias y a pesar de todo lo que puede conllevar el ser mamá”.


Victoria López, mamá.

Alejandro, Alondra y el más pequeño, de 14 años, son el motor que la impulsa a salir todos los días a trabajar, sin descanso, sin pretextos.

Victoria es madre soltera. Su historia es la de miles de mujeres mexicanas que cargan sobre sus hombros no solo la responsabilidad de criar, sino la presión económica de sostener un hogar; para ella, no ha habido descanso, pero sí muchos aprendizajes.

Victoria llegó a trabajar a esta estación de gasolina después de probar en diversas empresas / Foto: Miguel García
Victoria llegó a trabajar a esta estación de gasolina después de probar en diversas empresas / Foto: Miguel García

Es complicado ser mamá, más si trabaja uno, hay que estar al pendiente de todo, de la escuela, de comida, de… pues de todo”.


Victoria López.

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Llegó a trabajar a esta después de probar en diversas empresas donde el salario fijo apenas alcanzaba para cubrir lo básico. Aquí, dice, aunque el sueldo es mínimo, las propinas hacen una diferencia sustancial: en un buen día puede llegar a reunir hasta 500 pesos, en uno malo apenas 250. “Aquí como quiera es sueldo y propinas”, comenta.

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