Metepec, Méx. Lo que para muchos representó retos en salud, economía y empleo durante la pandemia por Covid-19, para otros, como José Olivares, fue una oportunidad para emprender, creando arte sobre cera.

José Rafael Olivares Morales es oriundo de la Ciudad de México, pero desde hace 16 años radica en el Pueblo Mágico de Metepec, un lugar que le ha brindado la oportunidad de crecer y registrarse como artesano.

Su arte consiste en dibujar y pintar sobre velas y cirios pascuales, a los que les da profundidad, sombra y color, creando verdaderas obras que han trascendido fronteras. No sólo se han distribuido en distintos estados de la República, también han sido exportadas a Estados Unidos y cotizadas en países como Costa Rica, El Salvador, Perú y Guatemala.

Todo inició gracias a la pandemia. Es curioso decirlo, porque desafortunadamente fue un momento caótico para muchos, pero para mí fue un parteaguas que me permitió tener este tipo de trabajo, que hoy es nuestro sustento”.


José Rafael Olivares, emprendedor.

Cuando llegó la pandemia, José fue despedido de la empresa en la que trabajaba y enfermó de Covid, lo que le impidió buscar otro empleo formal durante aproximadamente un mes. Una vez recuperado y como muestra de agradecimiento por su salud, decidió plasmar su gusto por el dibujo y la pintura en algunos cirios, que llevó a la Virgen de Guadalupe.

También elaboró otros cirios dedicados a san Isidro Labrador, santo venerado en Metepec. Estos trabajos circularon rápidamente en redes sociales, lo que derivó en una gran demanda para pintar velas destinadas a recuerdos, pedidas de mano, velorios, obsequios e incluso exorcismos.

Sólo dos personas de su familia se dedican a esta labor / Foto: Alma Rodríguez
Sólo dos personas de su familia se dedican a esta labor / Foto: Alma Rodríguez

“Hace cuatro años iniciamos con este negocio. Se hicieron unos cirios para San Isidro y, desde entonces, no nos ha faltado trabajo. En todo este tiempo hemos recibido pedidos de una gran variedad de cirios: de distintos tamaños, colores, formas e incluso con diferentes significados”, mencionó Rafael.

Sólo dos personas de su familia se dedican a esta labor, uno diseña los bocetos y el otro los pinta de forma minuciosa.

Ambos han elaborado velas desde cinco centímetros de altura hasta piezas de 1.5 metros, con un peso de 25 kilos. El precio más elevado que han vendido ha alcanzado los 6 mil 500 pesos.

El trabajo es 100 por ciento artesanal. Nosotros tenemos un proveedor de cirios que los elabora a mano. Luego se hace el diseño y yo los pinto, capa sobre capa. Se les da profundidad, sombras y se detallan las imágenes. El costo depende del tamaño y de su complejidad. Cada pieza es única y se trabaja con mucha delicadeza”.


José Rafael Olivares, emprendedor.

Los diseños van desde ilustraciones para cumpleaños, bodas, bautizos o primeras comuniones, hasta retratos de personas y animales, imágenes religiosas y otras más inusuales.

El trabajo es 100 por ciento artesanal / Foto: Alma Rodríguez
El trabajo es 100 por ciento artesanal / Foto: Alma Rodríguez

“Una vez nos pidieron una para un exorcismo. La verdad es que al principio pensamos en cirios extravagantes, raros, negros… pero no. Fueron cirios bonitos, de color ámbar, por ser más puros. Uno llevaba un crucifijo y el otro un Sagrado Corazón de Jesús. También he pintado la imagen de una monja crucificada, vestidos y túnicas religiosas”, platicó.

Uno de los objetivos de José es contar con un taller y un establecimiento fijo donde pueda pintar y exhibir su trabajo, ya que actualmente trabaja desde su vivienda y sólo por pedido, a través de sus redes sociales: R.E. Diseño y Velas.

“Este es un trabajo que existe, pero no es muy conocido. Lo único que quisiera pedirle a la gente es que realmente valore el trabajo hecho a mano. Que no regateen, porque no saben el tiempo y el empeño que se le pone a cada pieza. Eso tiene un valor más grande que lo económico”, finalizó Rafael.

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