Toluca, Méx. A dos meses del paro estudiantil que afecta a varias facultades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), crecen las preocupaciones no sólo entre el sector académico, sino también al interior de la propia comunidad universitaria.
Para Hugo Mendieta Acerón, director de la Facultad de Medicina, el movimiento ha perdido el rumbo que en un principio fue ampliamente respaldado.
Muchas de las peticiones iniciales eran legítimas, bien fundamentadas en temas académicos y de infraestructura. Ahora se impide el acceso a clases incluso a estudiantes que no están de acuerdo con el paro”, afirmó, al señalar que esta situación vulnera los derechos del resto de la comunidad.
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Detalló que en su facultad la afectación ha sido crítica: cuatro de las cinco licenciaturas están paralizadas, mientras que estudiantes de Médico Cirujano, quienes representan la mayoría de la matrícula, entregaron un escrito en el que se deslindan de la asamblea estudiantil y exigen el regreso a las aulas.
Aunque las puertas permanecen cerradas, autoridades y docentes lograron concluir el semestre mediante clases virtuales y en sedes alternas, lo que evitó que los alumnos de semestres avanzados perdieran plazas para internado o servicio social, cuya pérdida habría implicado un retraso de hasta un año en su formación.
Cada clase perdida es una oportunidad que no se recupera. Las carreras que requieren prácticas, como medicina, ingeniería o química, no pueden reemplazar su formación con teoría en línea”, explicó Mendieta.
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Un estudiante, que pidió el anonimato, expuso otra perspectiva del conflicto.
No todo está claro. Aunque hay comunicados y asambleas, existen decisiones del Consejo Universitario que no se informan claramente a la comunidad”, dijo.
Aseguró que el paro comenzó con demandas legítimas, pero con el tiempo se han sumado exigencias que parecen responder a intereses personales o ajenos al ámbito académico. Entre ellas mencionó la anulación de trámites administrativos y académicos, como títulos o procesos de recursamiento.
Sobre esto, Mendieta coincidió: “Hay exigencias que requieren reformas legales o decisiones del gobierno estatal o federal, como la anulación del proceso de rectoría, la gratuidad educativa o el voto universal”.
A pesar de la parálisis, algunos alumnos han intentado mantenerse activos.
He estado haciendo mi servicio social y también tomé cursos, eso me ayudó a no sentirme tan estancado”, relató el mismo estudiante, aunque lamentó que recientemente se prohibieron las clases en línea y el contacto con docentes por disposición de la propia asamblea. “No creo que retomar clases en línea signifique que el movimiento fracasó”, sostuvo.
El director respaldó esta visión: “Hay facultades donde la mayoría quiere volver a clases, pero una minoría mantiene los cierres. Se ha optado por la prudencia y no se ha forzado la reapertura física, pero eso no justifica bloquear también las clases virtuales”, expresó.
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