Toluca, Méx. - “En los primeros años de enseñanza se puede sembrar la semilla de un buen ciudadano, un buen profesionista un buen ser humano, ahí la importancia de un buen ”, así lo dice Gladis Galindo Rangel, maestra mexiquense quien comparte con EL UNIVERSAL Estado de México la dicha que tiene por entregar su vida a la enseñanza.

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Tiene 10 años de servicio en la docencia / Foto Miguel García
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Señala que esta no es solo una profesión, sino un compromiso de vida, en su caso ya 10 años de servicio en la docencia, siete de ellos con plaza fija en la comunidad de Cacalomacán,

Reconoce que su mayor satisfacción es poder devolverle algo a la población que la vio crecer desde los once años.

Para mí es una satisfacción muy grande porque tengo un compromiso con la comunidad que me vio crecer como niña, que me recibió aquí a los 11 años y que para mí es muy importante poder hacer algo para que las nuevas generaciones sean personas con criterio, con buenos sentimientos y buenas intenciones en su andar en la vida


relata

Desde el aula, ha enfrentado múltiples retos, muchos de ellos relacionados con realidades familiares complejas y estructuras sociales que, en lugar de favorecer, obstaculizan el desarrollo de niñas y niños. Reconoce que estas problemáticas no siempre tienen solución inmediata, pero insiste en que cada pequeño avance es una victoria para la educación.

El reconocer que hay cosas que no está en mis manos cambiar, genera cierta impotencia, pero volver a mirarlo desde el sentido humano y comunitario me permite entender que, aunque sea mínimo, es una gran ventaja


asegura

Las experiencias que más la han marcado no son necesariamente las académicas, sino aquellas en las que logró cambiar la percepción de alumnos y madres de familia que habían perdido el interés por la escuela.

El ver a niños que no tenían ganas de estar en la escuela y que ahora digan que tienen ganas, creo que eso es la ganancia más grande


resume

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Ser maestra es un compromiso que debe asumirse con el corazón / Foto Miguel García
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Con una convicción Gladis concluye que ser es un compromiso que debe asumirse con el corazón y la conciencia plena de que frente a grupo se forman no solo estudiantes, sino futuras generaciones.

Que quien quiera ser maestro esté con su corazón, y que esté con la convicción de que estar frente a estos niños es estar frente a las nuevas generaciones, que no podemos tener la frialdad de decir es un número más, y si no estamos dispuestos a eso, pues entonces tal vez sea momento de mirar hacia otro empleo


sentencia

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