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Metepec, Méx. — Hoy, en su primer 10 de mayo como mamás, Rocío Ramon y Elizet Rosario, celebran no solo el Día de las Madres, sino también el profundo amor que las une y que las llevó a cumplir uno de sus más grandes sueños: ser madres.
Creo que es la mejor etapa de mi vida, hoy soy muy feliz al lado de mi esposa y con mis hijos
expresó con alegría Elizet.
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Después de cinco años de planeación, así como un largo camino lleno de obstáculos, ilusiones, valentía y esperanza, Rocío y Elizet decidieron adentrarse en la maravillosa aventura de la maternidad.

Para ello, tocaron varias puertas hasta llegar a la posibilidad de un tratamiento in vitro para cumplir su sueño.
Fue un proceso largo, una clínica nos discriminó, no nos daban seguimiento ni nada y al final mi psicóloga nos recomendó este lugar y el 3 de enero, en mi cumpleaños, nos dieron la noticia de que estábamos embarazadas
comentó Rocío entre sonrisas
Con el corazón lleno de fe y el alma unida por un lazo inquebrantable, recibieron el regalo más grande de sus vidas: los mellizos Ryuuji y Ryutaro, dos pequeños a quienes llaman sus “príncipes” y que hoy, con 9 meses de vida, llenan su hogar de risas, llantos, ternura y un amor que no tiene límites.
Es una sensación que no puedo explicar, cuando lloran y los tienes en brazos es algo que no puedes explicar
comentó Rocío
Con bebés en brazos, ambas madres se han organizado para cuidar a sus hijos, pues ahora no solo son madres, pues también deben cumplir con sus obligaciones laborales, en la escuela y en el hogar.
Aquí no hay roles, aquí somos un equipo Shio [Rocío] y yo, desde que decidimos ser mamás, Dios nos dio más fuerzas para ver por estos príncipes
dijo Elizet
A través de valores, principios y sobre todo respeto, esta familia ejemplifica un nuevo estilo de vida para los hogares mexiquenses y que, a futuro, sus hijos sean un ejemplo de crianza responsable y exitosa para más parejas del mismo género que tienen el sueño de formar un hogar.

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La esperanza de ser mamá es que podamos poner un granito de arena y queremos que nuestros hijos sean conscientes con el mundo, que sean respetuosos, amorosos y que puedan marcar una diferencia
afirmó Rocío
Su historia no solo habla de maternidad, también habla de amor verdadero, de decisión, de la lucha contra los prejuicios y de la certeza de que las familias se construyen con amor y respeto, sin importar quiénes las conforman.
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