Naucalpan, Méx. - El Gobierno municipal de Naucalpan revisará los protocolos de seguridad del recinto de eventos Sala Urbana, luego de que rociaron extintores a los asistentes que acudieron al Primer Gran Festival Bandemia.
Las autoridades municipales informaron a EL UNIVERSAL Estado de México que no hubo lesionados, ni detenidos por los disturbios registrados el sábado en la noche.
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Precisaron que fueron los mismos organizadores quienes decidieron cancelar el evento por sobrecupo, que ponía en riesgo a quienes se encontraban dentro del recinto.
Las autoridades exhortaron a los organizadores de eventos masivos a cumplir con todas las normativas de seguridad y aforo establecidas para garantizar entornos seguros.
Por su parte, la promotora de espectáculos Bandemia rechazó que haya existido una sobreventa de boletos, ya que la capacidad contratada era de 2 mil 500 personas y el acceso se restringió cuando habían ingresado alrededor de 1 mil 700 personas.
Según su versión, esta decisión fue la que ocasionó que los asistentes con boleto válido quedaran fuera, generando desorden en los accesos, donde fueron activados extinguidores contra los que demandaban ingresar.
La empresa también se deslindó de los hechos violentos registrados en la entrada, atribuyendo la responsabilidad al personal de seguridad del inmueble Sala Urbana y no a su organización.
Las personas afectadas pueden solicitar el reembolso de su entrada a través del correo , durante los siguientes 15 días.
Por su parte, Sala Urbana no emitió ningún comunicado sobre lo ocurrido. En su sitio oficial no se informa el número de asistentes al evento; únicamente señala que la capacidad del recinto varía según el tipo de actividad, aunque lo describen como un espacio adecuado para todo tipo de eventos.
Sala Urbana se encuentra ubicado a un costado de las instalaciones del Bar Black Royce, lugar donde en 2023 fue hallado sin vida el empresario Iñigo Arenas Sainz. Tras este hecho, siete personas fueron detenidas y recluidas en el Penal de Barrientos, Tlalnepantla, y posteriormente sentenciadas a 10 años de prisión por homicidio, según resolución judicial.
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De acuerdo con el informe de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), la causa de la muerte fue asfixia mecánica por sofocación, derivada del bloqueo de las vías respiratorias por contenido gástrico, en un contexto de ingesta de alcohol y sustancias.
El documento señala que la víctima, en evidente estado inconveniente, fue persuadida por los detenidos para continuar ingiriendo bebidas alcohólicas, lo que habría desencadenado la tragedia.
Actualmente, las instalaciones del Bar Black Royce permanecen cerradas, su entrada intervenida con grafiti urbano denota abandono a dos años del suceso.
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