Naucalpan, Méx. Los recientes microsismos en la región de han generado inquietud entre la población, y aunque son un recordatorio constante de la actividad geológica, su naturaleza y frecuencia actual podrían ser, sorprendentemente, un indicador positivo.

De acuerdo con Sergio Guadarrama Martínez, licenciado en Geografía y especialista en Geomática en el Instituto Nacional para el Suelo Sustentable, los microsismos en Naucalpan se deben a microfallas en la zona.

La energía se acumula por la fricción y flexión entre estas secciones de terreno y se libera en pequeños eventos sísmicos. La cercanía a la falla de la Tierra de las Cruces es un factor clave”.


Sergio Guadarrama Martínez, licenciado en Geografía y especialista en Geomática.

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En entrevista con El Universal Estado de México, el especialista comentó que lo distintivo de estos microsismos es su baja magnitud, normalmente menor a 3.5 en la escala de Richter. Son perceptibles para la población debido a su poca profundidad y a la alta densidad de población en la región. Sin embargo, Guadarrama Martínez enfatizó que actualmente no representan un riesgo, pese a que generan preocupación entre la población.

El especialista señaló la influencia significativa de la "presión antropogénica" / Foto: Especial
El especialista señaló la influencia significativa de la "presión antropogénica" / Foto: Especial

Factores más allá de la tectónica

Más allá de la actividad tectónica natural, el especialista señaló la influencia significativa de la "presión antropogénica", para que estos microsismos se den. Esto incluye la vibración generada por el tráfico vehicular y la actividad humana, que contribuyen a la acumulación de energía en el subsuelo.

Además, un factor poco reconocido, pero crucial, es la extracción masiva de agua del subsuelo. "El agua ocupa un volumen; al extraerla, ese volumen queda vacío, y el suelo comienza a acomodarse o incluso a colapsar en ciertas partes", detalló Guadarrama.

De esta manera, el especialista hizo énfasis en que estos micromovimientos inducidos por la actividad humana también son parte de la sismología local.

Muchos geólogos y noticieros suelen enfocarse más en la parte tectónica, pero la presión social o antropogénica ejerce una presión considerable en el subsuelo".


Sergio Guadarrama Martínez, licenciado en Geografía y especialista en Geomática.

¿Existe riesgo de sismos mayores o propagación?

Respecto a la posibilidad de que estos microsismos escalen a magnitudes mayores o se propaguen a otras regiones del valle de México, Guadarrama fue categórico: "Es básicamente imposible".

Según Guadarrama, estos sismos son localizados por las fallas específicas de Naucalpan, para una mayor intensidad o la generación de nuevas fallas en otras áreas, se requeriría una nueva actividad sísmico-volcánica, algo "muy raro que suceda" fuera de zonas como el Popocatépetl.

No obstante, el valle de México sí es susceptible a sismos de gran magnitud generados por las placas tectónicas principales, como las del Pacífico. "En la zona sur-poniente de la República Mexicana, tenemos movimientos de subducción que una placa está entrando debajo de la otra, y por eso se generan una mayor cantidad de presión, mayor concentración de energía, y por lo tanto, hay una mayor liberación de ésta", explicó.

Estos sismos son localizados por las fallas específicas de Naucalpan / Foto: El Universal
Estos sismos son localizados por las fallas específicas de Naucalpan / Foto: El Universal

¿Por qué son contantes los microsismos?

La percepción de que los microsismos son más continuos y recientes se debe en parte a la mayor cantidad de población y a la difusión de información a través de las redes sociales, según Guadarrama. Pero la realidad es que "los sismos, incluidos los microsismos, siempre han existido".

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Lo más relevante, desde una , es que sentir constantemente sismos pequeños es, en realidad, un buen signo.

Significa que las fallas están liberando constantemente esta energía que están acumulando. El que los estemos sintiendo actualmente es bueno; que sean pequeños, obviamente, es mejor".


Sergio Guadarrama Martínez, licenciado en Geografía y especialista en Geomática.

Finalmente dijo que la preocupación surgiría si los sismos dejaran de sentirse por largos periodos, ya que la energía seguiría acumulándose y una liberación repentina podría resultar en un sismo de mucha mayor magnitud.

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