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Toluca, Méx. Naturaleza, historia, gastronomía y tradición se entrelazan en Jilotepec y Otumba, municipios que celebran dos años de haber sido nombrados Pueblos Mágicos. Estos destinos mexiquenses reafirman su vocación como parte de la marca "Destino Hecho a Mano", impulsada por la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México.
Jilotepec, naturaleza y fe en el corazón del norte mexiquense
Enclavado en el norte del Estado de México, Jilotepec se presenta como un santuario para los amantes de la aventura y la tranquilidad. Sus Peñas Dexcaní el Alto son el escenario perfecto para el senderismo, ciclismo de montaña, campismo y escalada, con formaciones rocosas que desafían y deleitan por igual.
El municipio también es hogar de impresionantes joyas del arte sacro, como el Santuario de la Virgen de la Piedrita, de estilo neogótico, y la histórica Parroquia de San Pedro y San Pablo, fundada por franciscanos en el siglo XVI. En esta última, aún se conservan vestigios como su pila bautismal con arte tequitqui y monogramas marianos.
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Para quienes buscan sumergirse en la historia local, el Museo de Jilotepec ofrece un recorrido gratuito (con cooperación voluntaria) por las tradiciones del municipio, abriendo de martes a domingo. La cocina de Jilotepec honra su origen rural, con platillos que preservan el sabor de antaño como el chicharrón de res, queso ranchero, pulque y atole de maíz.
Otumba, tradición, legado y la singular Feria del Burro
Otumba, conocido por su emblemática Feria del Burro —celebrada cada 1 de mayo desde 1965—, es un verdadero epicentro de tradiciones populares. Este Pueblo Mágico también alberga un Santuario de Burros, un parque temático dedicado a promover el cuidado y respeto por este símbolo del trabajo rural.
En su haber histórico destaca el imponente Acueducto del Padre Tembleque, una obra hidráulica del siglo XVI que forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO, enmarcado por un pintoresco paisaje de magueyes y nopaleras.
El fervor religioso se vive en templos como el de la Purísima Concepción, con su característica arquitectura plateresca, y el Ex Convento de San Nicolás de Bari, un modesto monasterio de gran valor histórico. La gastronomía de Otumba es una fiesta de sabores, ofreciendo delicias como la barbacoa, mixiotes, tlacoyos, quesadillas de flor de calabaza y platillos de carne preparados al estilo tradicional.
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A dos años de su incorporación al selecto grupo de Pueblos Mágicos, Jilotepec y Otumba confirman que el encanto mexiquense está más vivo que nunca, invitando a visitantes a descubrir sus tesoros.
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