Toluca, Méx. En el Parque Ecológico Zacango viven Jack y Lili, dos capibaras adultos que llegaron en 2021 y desde entonces han tenido 10 crías, las cuales reciben a los visitantes para interactuar a cambio de caricias y elotes.
Pamela Olvera, veterinaria del Zoológico, explicó que los capibaras son los roedores más grandes del mundo y son originarios de Sudamérica, principalmente de países como Colombia, Brasil y Argentina, donde suelen habitar zonas con cuerpos de agua y vegetación abundante.
Depende del país en donde se encuentre puede ser que sea un poco más grande o un poco más pequeño, solo cambiar entonces su tamaño entre eso (...) son animales tranquilos, son animales más gregarios que normalmente su grupo”, precisó Olvera.
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Aunque solo existe una especie de capibara, su tamaño puede variar ligeramente según el país de origen. En cuanto a diferencias físicas entre machos y hembras, los primeros presentan una glándula en la cabeza más desarrollada, además de variaciones en la zona genital.
La especialista afirmó que tienen un carácter gregario y apacible, los capibaras viven en grupos liderados por un macho dominante, acompañado por varias hembras y otros machos. Estos grupos pueden variar de 10 hasta 50 individuos, lo cual depende del entorno.
Estos animales son herbívoros y en Zacango les preparan una dieta especial para ellos basada en:
Una parte esencial de su bienestar es el acceso al agua, ya que son animales semiacuáticos. Ahí descansan, juegan y se reproducen. La reproducción ocurre en el agua, después de un cortejo por parte del macho. La gestación dura entre cuatro y cinco meses, y normalmente nace una camada al año con un promedio de cuatro crías.
Ellos son de hábitos pues sí semiacuáticos, entonces si es necesario que se les proporcionen fuentes de agua, porque ahí ellos van a pasar gran parte del tiempo, van a descansar, van a jugar y también es una parte importante para la reproducción”, comentó Pamela Olvera.
Los capibaras pueden vivir entre 6 y 12 años, y las principales causas de muerte suelen ser la vejez o enfermedades sistémicas. En cuanto a su comportamiento, aunque generalmente son pacíficos, pueden mostrar actitudes agresivas si se sienten invadidos, especialmente en situaciones territoriales o si hay una interacción humana intrusiva.
Olvera advierte sobre los riesgos de tener capibaras como mascotas, una tendencia que se ha viralizado en redes sociales con imágenes de estos animales en patios, baños o restaurantes.
La entrevistada subrayó que los capibaras no son mascotas, requieren espacios amplios, cuerpos de agua y una alimentación adecuada, condiciones que pocas veces se pueden garantizar en entornos domésticos. Además, si no están acostumbrados a los humanos, pueden llegar a morder.
Entre las curiosidades que han observado en Zacango, destaca el caso de dos ejemplares juveniles, un macho y una hembra, que fueron socializados desde pequeños y participan en actividades educativas del parque.
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Ambos, son animales especialmente curiosos, les gusta el contacto humano y tienen predilección por el elote. Incluso han llegado a recibir medicación sin estrés gracias al vínculo con sus cuidadores.
La recomendación principal para quienes se sienten atraídos por esta especie es clara:
No son mascotas, son animales silvestres que deben estar en condiciones que respeten sus comportamientos naturales”, concluyó Olvera.
Finalmente, recordó que los 12 capibaras de Zacango provienen en su mayoría de reproducción en el mismo parque, a partir de una pareja traída del zoológico Africam Safari, por lo que hay de varias edades y tamaños, por lo que invitó a la población a conocerlos con las medidas y cuidados necesarios.
Hay que tratarlos con respeto, recordando que son animales y que en cualquier momento ellos pueden decidir alejarse y está bien. Nosotros no podemos retenerlos. Ellos son muy curiosos, hay que favorecer sus comportamientos naturales también. Y recordar que ellos no son mascotas, entonces lo ideal es que no estén en un entorno doméstico”, finalizó Pamela Olvera.
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