Cada semestre, 16,741 jóvenes excepcionales ingresan a la UAEMEX tras superar a otros 35,379 aspirantes, representando la élite académica mexiquense. Apenas 3 de cada 10 logran ingresar, convirtiendo la admisión en un auténtico privilegio. Sin embargo, hoy, mientras México enfrenta una profunda crisis de competitividad global, estos estudiantes han paralizado su formación por conflictos internos, generando un costo social considerable que supera ampliamente las fronteras universitarias.

Pocos tienen el honor de formarse en una universidad pública de alta calidad como la UAEMEX, que rechaza a más del 65% de sus aspirantes. Cuando un alumno aceptado no concluye su formación, no solo pierde personalmente, sino que también impide estudiar a otros siete candidatos que sí tenían el potencial y la disposición de aprovechar esa oportunidad.

El desafío no se limita solo al ingreso. Finalizar y titularse son etapas críticas, pero pocos lo logran. En 2022, la UAEMEX reportó que, de 10,415 egresados, solo 5,360 obtuvieron su título, dejando casi la mitad sin completar formalmente su educación superior. Durante el periodo 2018-2022, apenas dos tercios de los estudiantes que ingresaron lograron egresar, lo que refleja un patrón preocupante. A nivel nacional, México presenta cifras alarmantes: solo el 27.2% de la población entre 25 y 32 años cuenta con educación superior, muy por debajo del promedio de la OCDE (47% en 2025).

Este paro estudiantil no solo bloquea los procesos de titulación, sino que limita las oportunidades laborales futuras quienes están esperando terminar. Al mismo tiempo, priva a la sociedad de profesionales urgentemente requeridos. Los graduados mexicanos enfrentan salarios iniciales bajos, generalmente menores a diez mil pesos, con alto riesgo de caer en la informalidad, reflejando un desfase significativo entre la educación superior impartida y las demandas del mercado laboral global.

Según el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), las habilidades más valoradas en los próximos años serán inteligencia artificial y big data (93%), pensamiento creativo (77%) y ciberseguridad (73%). Ante este panorama, vale preguntarse ¿Cómo están preparándose actualmente los estudiantes de la UAEMEX? ¿Están en condiciones de competir internacionalmente?

Además, la automatización y la inteligencia artificial constituyen amenazas significativas para México, dado que una gran proporción de empleos nacionales corre el riesgo de desaparecer por la automatización, situación más preocupante en comparación con Estados Unidos o Europa.

El privilegio de estudiar en la UAEMEX implica responsabilidad frente a quienes quedaron fuera y hacia un país necesitado de profesionales preparados. Cada día perdido por el paro es una oportunidad irrecuperable para México. Estos estudiantes privilegiados serán los líderes del mañana solo si aprovechan la oportunidad única que les ha sido otorgada. Es momento de preguntarnos: ¿qué sucederá con estos brillantes jóvenes de la UAEMEX tras perder tanto tiempo? ¿Podrán recuperarlo? La respuesta sigue pendiente.

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