Mientras el centro histórico de Toluca se congestiona con las obras de los nuevos 'pasos peatonales inteligentes', miles de toluqueños sortean baches, banquetas rotas y escasez de agua en sus colonias. ¿Es esta la prioridad que necesita nuestra ciudad? La respuesta se encuentra en cada calle abandonada por décadas de negligencia municipal.
Las ciudades "inteligentes" son una etiqueta que se le ha dado aquellas urbes que tienen "servicios inteligentes" como en Barcelona que la recolección de basura es mediante tubos subterráneos, lo cual evita malos olores, un excelente paisaje sin basura y se ahorra los camiones recolectores. No sólo ello, tiene conectividad de internet en toda la ciudad. Tanto los semáforos como las vialidades están sincronizados. Este conjunto de medidas la convierte en una ciudad inteligente, sin pasos peatonales inteligentes.
El programa "Yo Pongo Guapa a Toluca" es una política pública para mejorar el equipamiento urbano. Vivimos en una ciudad abandonada por décadas. Transitamos por calles con cientos de baches que no han sido reparados y se multiplican con las lluvias; algunas calles ya requieren un reencarpetado completo, pero solo "tapan" los baches que se vuelven a abrir a las pocas semanas.
Caminamos con riesgo en los cientos de kilómetros de banquetas rotas, sin pintar. Intente usted "correr" si acepta el riesgo por Paseo Matlazincas o calles similares. El paseo Tollocan ha perdido no sólo la señalética, sino hasta las protecciones laterales por los choques que se los han llevado y nunca fueron reparados.
Si a ello agregamos los múltiples semáforos que cuelgan de un hilo porque sus estructuras han sido arrasadas por conductores ebrios que nunca pagaron. Las miles de rayas amarillas para delimitar el paso peatonal (donde ahora se encontrarán los pasos peatonales inteligentes) que no se pintan desde hace años y que invariablemente son invadidas por autos, motos y peatones que arriesgan su vida.
Los múltiples puentes peatonales cuyas estructuras están por caerse pero que llevan sin mantenimiento y pintura desde su inauguración, están a la espera eterna de presupuesto tan sólo para salvaguardar la vida de quienes los usan a diario y que se exponen tanto a los asaltos como a su caída.
Estas mejoras, en contraste, son obras públicas urgentes que ofrecerían un beneficio inmenso a los ciudadanos. No solo mejorarían la seguridad y la calidad de vida, sino que lo harían sin paralizar el tráfico del centro ni asfixiar las ya precarias ventas de los comerciantes, quienes ya luchan contra la competencia desleal de vendedores ambulantes y los gigantes comerciales de Metepec.
Toluca no necesita pasos peatonales inteligentes mientras su infraestructura básica se desmorona. Cada peso invertido en luces LED para el centro histórico es un recurso que no llega a las tuberías rotas de Cacalomacán o a las banquetas destruidas de San Mateo Oxtotitlán. La verdadera inteligencia urbana comienza priorizando lo esencial sobre lo decorativo. Los toluqueños merecemos más que una fachada moderna sobre cimientos quebradizos.
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