Después de dos décadas y 227 millones de pesos anuales, el Instituto de Transparencia del Estado de México (INFOEM) desaparece sin haber logrado su cometido fundamental: que los ciudadanos mexiquenses accedan libremente a la información pública que por derecho les pertenece.

El INFOEM finalmente se va. Su desempeño para impulsar la transparencia es cuestionable. Después de 21 años de funcionamiento, los habitantes del Estado de México seguimos sin tener datos transparentes. No podemos saber cuántas patrullas tenemos en las calles o qué colonia es la más peligrosa de la ciudad. Todos los datos los tenemos que "pedir" con alguna solicitud de transparencia. ¿Datos abiertos o portero de datos?

La creación del INFOEM en 2004, llamado entonces Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de México (ITAIPEM), suponía un parteaguas para la burocracia del estado. Había que ordenar la información gubernamental de acuerdo con los supuestos de la Ley de Transparencia vigente en ese momento. La tarea fue titánica para un gobierno acostumbrado a la opacidad.

Uno de los logros del Instituto fue desarrollar sus propias plataformas tecnológicas diferentes a la Plataforma Nacional de Transparencia: el Sistema de Acceso a la Información Mexiquense (SAIMEX) para gestionar solicitudes; el Infomex Estado de México (Ipomex) para consulta de información pública de oficio; y el Sistema SARCOEM para solicitudes de datos personales.

Otro logro innovador fue implementar la certificación obligatoria de los titulares de las Unidades de Transparencia de todos los sujetos obligados, con el fin de profesionalizar la función. De hecho, es el único estado donde se ha vuelto requisito obligatorio que dichos funcionarios acrediten competencias mediante certificación avalada por el Infoem.

Fuera de eso, ha sido un organizador de eventos, talleres y conferencias para repetir siempre el mismo discurso. Hace un par de años fue el gobierno abierto; el año pasado, la fallida apertura institucional que no pasó de ser un proyecto más del INAI. Debo decir que muchas veces fui invitado a participar como conferencista en eventos del INFOEM. Siempre fui bien recibido y me entregaron mi constancia, pluma, libreta y una artesanía local como obsequio. Nada más.

Recientemente se han hecho públicos los gastos de los consejeros y sus viajes tanto nacionales como extranjeros, una práctica que siempre ha tenido el INFOEM y muchos otros órganos garantes que formaban una "familia" de funcionarios que se visitaban mutuamente en sus distintos eventos con el pretexto de difundir la transparencia.

En estos años el presupuesto del Instituto creció de 86 millones en 2014 a 227 millones en 2024, pero la transparencia no aumentó, por si la opacidad del INFOEM Con esos recursos podremos hacer muchas cosas más útiles para los mexiquenses.

La extinción del INFOEM no representa una pérdida para la transparencia, representa el reconocimiento de un fracaso costoso. El reto ahora es construir un modelo que priorice resultados sobre eventos, acceso sobre burocracia, y transparencia real sobre simulación institucional.

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