A partir del diagnóstico donde se analizó el caso del Estado de México en la colaboración anterior, siguiendo el enfoque de Pirannajed e Ingrams (2024) y su modelo de seis etapas de madurez para el gobierno abierto. Concluía con que este caso se encontraba ubicado entre la etapa 3 y 4. En esta entrega presento recomendaciones estratégicas para lograr avanzar hacia las ultimas etapas de este modelo: (5) Plataforma; (6) Gobierno Abierto democrático y (7) Gobernanza abierta.

La recomendación clave para avanzar hacia la etapa de plataforma puede dividirse en cinco acciones. La primera es crear Interfaces de programación de aplicaciones (APIs), por que son puentes que permiten que programas conversen entre si para intercambiar datos. Las APIs publicas pueden ayudar a compartir datos gubernamentales en forma rápida y segura más allá de los simples portales web.

Una segunda herramienta es generar páginas dinámicas que sean interactivas para los ciudadanos, pudiendo acceder no sólo a un dato geográfico de comercios en la ciudad, sino saber qué tipo de comercio, licencia, ventas, clientes potenciales, etc. Esto nos lleva al tercer elemento: un ecosistema de datos abiertos, donde la suma de APIs, sitios web dinámicos, APPs móviles ayudan a fortalecer las capacidades de manipulación de información ciudadana. Eso nos llevaría a tener una plataforma de datos mucho más accesible y alineada con el objetivo de impulsar gobierno abierto.

El siguiente paso es avanzar hacia la quinta etapa: gobierno abierto democrático. Para ello se requieren básicamente dos cosas: (1) Crear un blindaje institucional contra cambios políticos que conduzca los esfuerzos de transparencia sin importar la ideología partidista, y que permita fortalecer los datos abiertos gubernamentales, y (2) establecer mecanismos de control democrático de la información, favoreciendo el empoderamiento de los ciudadanos para que puedan acceder la información gubernamental, protegerla y enriquecerla si fuera necesario; esto significa mecanismos de control democrático respaldados por la ley.

Finalmente, una vez alcanzadas las etapas anteriores, la aspiración será la sexta etapa: Gobernanza abierta, que integra ecosistemas de datos estatales y nacionales; establece métricas para abrir datos gubernamentales por etapas y de forma protegida e impulsa redes de colaboración entre diversos sectores de la sociedad para proteger los datos.

Estas recomendaciones pueden servir tanto para el caso del estado de México como para otras entidades. Los desafíos son enormes en materia legislativa pero sobre todo requiere un compromiso político por varios años. El riesgo principal del estado analógico actual es que el acelerado avance tecnológico de las sociedades contemporáneas rebase las posibilidades de control estatal, permitiendo que ciudadanos digitalmente empoderados manipulen y controlen datos gubernamentales sin ninguna supervisión oficial. Por ello, el reto es avanzar en estas etapas antes de que los ciudadanos digitalmente empoderados superen a las instituciones gubernamentales tradicionales.

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