Te voy a contar un par de historias, porque a veces es bueno voltear para arriba y para abajo, pero sobre todo hacia un costado. Hace un tiempo, decían que el futbol era para hombres y si veían a una niña, le decían “te vas a volver marimacha”, porque creían que las niñas tenían que jugar “a la comidita”. Yo veía a mi prima Fany pegarle al balón mejor que muchos niños, y a Milo limpiar mejor que mis tías.
Hace 30 años empezamos a cambiar un poquito las cosas, comenzamos a cambiar esos roles que quién sabe quién inventó. Olga trabajaba y podía comprarme un uniforme de Jorge Campos, sí, ese rosita que se estigmatizaba “de niñas”. Hace 20 años comenzamos a pagar un poquito de esa deuda que tenemos con las mujeres y hasta creamos una liga femenil con cracks como Licha Martínez, Katy Killer y Charlyn Corral, entre otras.
El problema de la masculinidad no es de las mujeres, como tampoco el machismo histórico. El problema es que nosotros somos la solución. Yo veía en casa limpiar por igual a Olga que a Milo, ayudar con la comida y los trastes, hasta la fecha. El lugar de la mujer está donde ellas quieran que esté, no sabemos si en la cancha, como entrenadoras o directivas, sólo ellas lo pueden decidir.
La cocina es para quien tiene hambre. Si tengo que comer algo voy y me preparo algo. Anoche jugaba al futbol y marcaba un gol a primer poste para darle el triunfo a mi equipo. Hoy por la mañana hice el desayuno para el curso de verano de mis hijos y sopes para comer. Mi lugar estuvo en la cocina, pero también en la cancha y ahora en la oficina. ¿Quién te crees que eres para decir “su lugar está en la cocina”?
Fuiste un jugador muy carismático, con mucho olfato para estar en el lugar correcto y empujar el balón. Desde mi perspectiva, confundes mentalidad con superación personal y te has sumergido en un círculo vicioso cobijado por un charlatán que te ha cambiado la mentalidad en perjuicio de la progresividad. Eres el goleador histórico en la Selección Mexicana y eso no se discute, pero respecto a tus opiniones hay mucho qué discernir.
Te hablo como nieto, hijo y padre. Como enfermo del futbol y, sobre todo, como fiel creyente del principio de progresividad. Pero también creo que la palabra es lo único que tenemos y sin ella no somos nada. Eres un futbolista, un influencer, un ejemplo para todos los niños aunque, como Maradona, no pediste serlo. Por ello debes ser más congruente con lo que dices porque tus palabras pesan y resuenan.
No te lo voy a negar, hay mucho por mejorar, por luchar, buscar una mayor equidad y bueno, tienes que sumar antes que restar. No coincido en muchos de tus dichos, no por moda, sino por mi abuela, mi mamá, mi prima y mi hija que me demostraron y me siguen enseñando día a día que hay cosas que debemos de cambiar. Tampoco somos culpables por ser hombres, pero sí responsables para poder cambiar algunas cosas.
P.D. Vamos, échale ganas que sí se puede. Imaginémonos cosas chingonas y hagamos un mejor mundo cambiando lo “imposible”.
Síguenos en nuestras redes sociales:
Instagram: @eluniversaledomex, Facebook: El Universal Edomex y X: @Univ_Edomex