Estados Unidos, la tierra de las oportunidades. Recuerdo que cuando era pequeño, el equipo de las barras y las estrellas era malísimo en el fútbol. Cómo olvidar ese gol de Nacho Ambriz, desde tres cuartos de cancha en un domingo a mediodía en la cancha del estadio Azteca, contra los vecinos del norte en la final de la Copa Oro que ganamos 4-0. Eran malísimos con todo y Alexi Lalas, Kobi Jones, Friedel y compañía, y cómo no serlo si le llaman fútbol (football) a un deporte en donde no ocupan un esférico ni los pies, sino el ovoide y las manos, en fin.
Hoy es diferente. Se dieron cuenta que el fútbol genera millones de dólares y que tiene un control tremendo sobre la población. Parafraseando a Marx diríamos que es el opio del pueblo hoy en día, pero como bien dice el diputado Óscar González: “No dejes que el fútbol te vea a ti, tú ve el fútbol”.
En los Estados Unidos, en este preciso momento, hay finales de NBA, fútbol de la MLS, Mundial de Clubes, Copa Oro, juegan al tenis y aparte se dieron el lujo de mandar aviones para atacar a Irán, que por cierto nadie sabe qué les hizo. Parece que viven en otro mundo. No es posible que estén matando gente en el mundo y se sigan divirtiendo como si nada pasara, ¿dónde queda el humanismo? No existe.
La FIFA, que tampoco es ajena al poder y al dinero, ha visto campo fértil en Estados Unidos, se ha entendido bien con sus dirigentes. Dicen por ahí que amor con amor se paga y para muestra que el primer Mundial de Clubes en este formato, ya más parecido al que ahora quedó obsoleto a nivel selecciones, se desarrolle en la tierra de Barack Obama, y no hablo de Nigeria sino de Estados Unidos.
Además, como es costumbre la Copa Oro se juega de principio a fin en el país de las barras y las estrellas. No es que no me la imaginé en México, en Costa Rica, Jamaica y Nicaragua, es que no tienen la solvencia económica que sí tiene el país vecino del norte para poder llevarla a cabo. Recordemos que a los dirigentes del fútbol les gusta más el dinero que el propio deporte.
Por cierto, la industria armamentística es uno de los principales motores de la economía estadounidense, lo cual no es un secreto para alguien, y la mínima regulación con la que opera hace que el acceso a ellas sea sencillo. Es un país que tiene a su ciudadanía armada, que tiene una cultura de las armas muy importante y de respeto. Para muestra, rápido y furioso, y no hablo de la película.
Es un alivio para todos los futbolistas que se haya decretado un cese al fuego entre Irán e Israel “gracias a Estados Unidos”, sí, como en las películas hollywoodenses que nos inundan en México. Porque el miedo a que cayera un misil en suelo estadounidense no era menor. En fin, veamos cómo terminan los mexicanos en suelo estadounidense, hablando de fútbol claro está.
P.D. Amigos estadounidenses, en el Estado de México tenemos un programa llamado “Canje de Armas”, lo hacemos cada año y les puede interesar.
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