En un entorno ideal las empresas, los empresarios y la academia, lo cual incluye Universidades, Tecnológicos, Centros de estudios superiores, entidades que involucran mandos intermedios y toda clase de oficios, así como Escuelas Técnicas, deben de trabajar continuamente de la mano para desarrollar y obtener profesionistas con una preparación que reúnan todas las características que el mercado laboral requiere.

Esto no debe ser un evento único, sino una interacción continua con el fin de que los jóvenes estudiantes reúnan las características que satisfagan a las dos partes; un ejemplo de esto es la creación del Tecnológico de Monterrey, una institución que cuya creación se dio con el objetivo de servir en forma primordial al empresariado regiomontano y actualmente atiende a toda la República Mexicana con profesionistas de alta calidad.

El sistema actual nos obliga a reconocer que la mayor parte de las instituciones educativas trabajan en forma independiente creando oficios y carreras que se supone que requiere el mercado. Una vez establecidos, continúan preparando jóvenes que terminan adaptándose a la demanda del mercado y buscando acomodo en su profesión.

Hoy, la relación Institución Educativa - Empresa es esporádica y generalmente se corrige solo cuando se observan numerosos profesionistas que ya no encuentran trabajo. Esto hace obligatoria la intervención continua del empresariado con las instituciones.

Otro factor importante es el avance tecnológico acelerado, algo que motiva aún más a las empresas a buscar la conexión con las instituciones para generar preparación más amplia a los estudiantes y hasta buscar nuevas carreras que demanda el sector empresarial.

El sector empresarial debe buscar cada vez más interacción con las instituciones educativas para crear nuevas carreras o adaptar las existentes a las necesidades del mercado o que las instituciones educativas incluyan cada vez más en sus consejos la participación de empresarios.

Una gran oportunidad es la educación Dual, el hecho que un estudiante tenga acceso a trabajar prácticamente en una empresa se convierte en una acción de doble propósito: en este esquema el estudiante se da cuenta de cuáles son los conocimientos aplicables a su trabajo y qué valor tienen sus conocimientos en relación a una aplicación práctica.

Educadores y catedráticos pueden aprovechar esta circunstancia para hacer cambios en los planes de estudio siempre y cuando sean capaces de mantener su contacto con el joven educando.

El hecho de tener una institución pública no significa que debe imponerse un plan de estudios arbitrario, al contrario, es importante ajustarse a las necesidades del mercado, la necesidad marca el camino.

La decisión sobre carreras y estudios no se puede dejar a una opción ideal, es necesario establecer fines prácticos. Lo que se hace actualmente es copiar esquemas que han funcionado en otros países y, en otras instituciones, copiando hasta planes de estudio. Una institución ideal debe de ajustarse a la realidad económica y de crecimiento de cada región.

Dos ejemplos me vienen a la mente, la Inteligencia Artificial (IA) ha incursionado en todos los ámbitos de la vida diaria en el primer mundo, sin embargo, aún no entramos en esa fase.

Es también ya una carrera profesional el estudio en Bioingeniería que se involucra en toda clase de procesos físico / químicos para producir medicamentos en base a ingeniería totalmente novedosa, al grado que están modificando la producción de laboratorios médicos importantes estableciendo nuevos procesos de fabricación de medicamentos con resultados de gran impacto.

Estoy seguro de que el trabajo en conjunto nos puede alentar y llevar a buenos resultados. En nuestra institución, Concaem, hay un interlocutor ideal para el sector educativo, la experiencia está presente, el pulso del sector productivo es nuestra, está en las empresas con las que trabajamos a diario, la mesa está puesta, solo hay que acelerar el paso.

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