El pasado 01 de octubre de 2025, Toluca volvió a encender su espíritu: con la inauguración de la Feria y Festival Cultural Alfeñique 2025, la capital mexiquense reafirma así no sólo una celebración, es también una memoria colectiva que ha tejido por más de cuatro siglos la identidad local. En esta edición, la gestión municipal y el acompañamiento de los poderes estatales buscan consolidar este dulce como patrimonio cultural y elevar su valor simbólico, social y económico.

El alfeñique no es un invento contemporáneo: sus raíces se remontan a la época colonial, cuando en 1630 Toluca obtuvo autorización para producir esta confitura de azúcar moldeada que con el paso del tiempo integró elementos indígenas y coloniales, dando lugar a figuras como cráneos, borregos o ataúdes, acompañadas de frutas cristalizadas, galletas o charamuscas, y forman hoy un repertorio artesano característico del Valle de Toluca y su identidad.

Hoy, uno de los objetivos más ambiciosos es que el alfeñique sea reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de México, declaratoria que requiere del respaldo de la Legislatura local. En paralelo, se avanza en su registro ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), con el propósito de proteger legalmente la denominación y salvaguardar su autenticidad frente a intentos de apropiación externa.

Estas medidas no son meramente simbólicas: buscan institucionalizar una política pública de salvaguarda cultural, que reconozca derechos de los artesanos, estimule la producción local y la proyección del alfeñique como un activo turístico y económico. La edición 56 del festival es reflejo de esta visión: participan 84 maestros alfeñiqueros que, por primera vez, no cubren cuotas por instalarse en los Portales. A ello se suman más de 500 actividades gratuitas, conciertos, talleres, pasajes temáticos y recorridos nocturnos, organizadas en distintos puntos de la ciudad, como el Mercado Juárez y las delegaciones, con el fin de descentralizar la oferta cultural y garantizar acceso para toda la población.

El alfeñique, con su historia y permanencia, es más que un dulce: es un patrimonio vivo, un emblema que diferencia a Toluca dentro del mapa cultural del país. Pero su preservación no depende solo de la comunidad artesana; requiere de la responsabilidad institucional y del compromiso político de mantener políticas culturales estables, transparentes y sostenibles. Un cambio de administración o la falta de apoyo presupuestal pondrían en riesgo los avances logrados.

En este sentido, el papel del Gobierno del Estado de México y de la Legislatura es decisivo. Su respaldo permitirá transformar el reconocimiento simbólico en garantías reales para los artesanos y en un blindaje legal que asegure la transmisión de la tradición a las futuras generaciones. La articulación entre instancias municipales y estatales es hoy más que nunca una obligación política: la cultura no puede depender de voluntades pasajeras, sino de políticas públicas sólidas que reconozcan en ella un derecho y un motor de identidad.

Con este enfoque, la Feria y Festival Cultural Alfeñique 2025 no sólo se mantiene como una de las celebraciones más representativas del Día de Muertos, puesto que, además, se proyecta como un símbolo de orgullo, memoria y compromiso institucional, consolidando a Toluca como la verdadera cuna del alfeñique.

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