A lo largo de mi vida política y profesional, he asumido cada responsabilidad con convicción y un compromiso inquebrantable hacia la ciudadanía. En cada espacio donde he servido, he procurado traducir mi trabajo en resultados concretos para las y los mexiquenses. Ese compromiso ha sido la brújula que guía mis decisiones y alianzas, siempre bajo los principios de una política ética.
Hoy reafirmo esa convicción acercándome a un proyecto político que comparte mi visión de justicia social, igualdad y dignidad humana. La izquierda ha representado históricamente la lucha por quienes menos tienen y ha sido también el espacio donde la agenda de género y los derechos de las mujeres han encontrado un eco real.
La historia de las mujeres en la izquierda en México es también una historia de resistencia. Desde las sindicalistas de mediados del siglo XX, las feministas de los setenta y ochenta, hasta las legisladoras que en las últimas décadas impulsamos reformas clave en derechos sexuales y reproductivos, erradicación de la violencia, acceso a la justicia y paridad política. Cada generación abrió camino para que la siguiente pudiera avanzar un paso más, demostrando que la izquierda no puede comprenderse sin la participación de las mujeres.
Creo firmemente que la participación de las mujeres es indispensable para transformar la vida pública. No se trata solo de ocupar espacios, sino de hacerlos nuestros, dotándolos de sensibilidad y perspectiva de género. Desde el pensamiento progresista hemos impulsado leyes, programas y políticas públicas que representan avances indiscutibles para la igualdad y la transparencia.
La izquierda ha sabido reconocer nuestras voces y demandas, traduciendo ese reconocimiento en acciones legislativas contra la violencia, en presupuestos con perspectiva de género y en gobiernos que buscan erradicar la discriminación estructural.
Mi compromiso sigue siendo trabajar con honestidad, congruencia y resultados. Hoy se suma la decisión de caminar junto a un proyecto que coincide con mis ideales: que reconoce la pluralidad, fomenta la unidad y entiende que no hay democracia sin participación ciudadana ni igualdad.
Soy consciente de los retos, pero también de la esperanza que se construye cuando se actúa con ética. En la izquierda se abre el espacio de coincidencia para el análisis y el debate, no hay sectarismos ni clasismos y el poder no se hereda entre parientes, se concede sólo a la voluntad de la gente.
Ser de izquierda significa nunca olvidar a quienes más lo necesitan y tener presente que la política es un instrumento para servir, no para servirse. Bajo ese compromiso seguiré trabajando con lealtad, principios y la firme convicción de seguir luchando por una sociedad donde nadie se quede atrás, la historia de mi trayectoria, votaciones y debates queda de evidencia, siempre he impulsado la agenda progresista con valor y congruencia.
Síguenos en nuestras redes sociales:
Instagram: @eluniversaledomex, Facebook: El Universal Edomex y X: @Univ_Edomex