La alquimia femenina no solo es una metáfora espiritual, es también una práctica política, social y económica de transformación. Es la capacidad que tienen las mujeres, desde sus territorios, saberes, historias y luchas, de convertir la desigualdad en resiliencia, el dolor en propuesta, y la exclusión en derecho. En este sentido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se convierten en un marco clave para acompañar esta transformación colectiva.

La Agenda 2030 reconoce explícitamente que no se puede alcanzar el desarrollo sostenible sin la igualdad de género. Las mujeres y niñas enfrentan múltiples formas de violencia estructural: pobreza, violencia física y simbólica, exclusión del trabajo digno, falta de representación en la toma de decisiones, y negación sistemática del acceso a la justicia, a la salud sexual y reproductiva, y a los medios de producción. Por eso, varios ODS tienen como núcleo central o transversal a las mujeres.

Entre ellos destacan:

  • ODS 5: Igualdad de Género: Este objetivo es el corazón de la agenda feminista global. Busca eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas, erradicar prácticas nocivas como el matrimonio infantil y forzado, garantizar el acceso a la salud sexual y reproductiva, y reconocer el trabajo no remunerado y de cuidados. La igualdad no es solo un derecho humano, es una condición para el desarrollo.
  • ODS 1: Fin de la Pobreza & ODS 10: Reducción de las Desigualdades: Ambos objetivos están interrelacionados. Las mujeres son mayoría en los índices de pobreza multidimensional. Sin políticas redistributivas con perspectiva de género, los esfuerzos serán insuficientes. Se requiere impulsar economías sociales solidarias, cooperativas lideradas por mujeres y acceso real a medios de vida sostenibles.
  • ODS 4: Educación de Calidad: El acceso y permanencia de niñas y jóvenes en espacios educativos no solo garantiza conocimiento, sino que previene matrimonios forzados, aumenta la capacidad de decisión y mejora sus oportunidades económicas. Además, la educación debe ser transformadora, feminista y descolonizadora.
  •  ODS 8: Trabajo Decente y Crecimiento Económico: Las mujeres enfrentan brechas salariales, techos de cristal y precarización laboral. Este ODS impulsa el derecho al trabajo digno, con igualdad de condiciones, inclusión financiera y participación en emprendimientos productivos con apoyo institucional.
  • ODS 3: Salud y Bienestar: Incluye la salud materna, el acceso a servicios sexuales y reproductivos, atención psicológica y prevención de enfermedades vinculadas al género. Las mujeres deben ser cuidadas, no solo por ser madres, sino como sujetas integrales de derecho.
  •  ODS 16: Paz, Justicia e Instituciones Sólidas: Sin justicia para las mujeres no hay paz social. Las instituciones deben estar preparadas, sensibilizadas y articuladas con organizaciones de base para erradicar la impunidad y garantizar el acceso efectivo a derechos humanos.

La alquimia femenina en el contexto de los ODS es también una llamada a la acción. Implica visibilizar las agendas de las mujeres no como “complementarias”, sino como centrales y transformadoras del modelo de desarrollo actual. Por eso, los liderazgos que aspiren a encabezar instituciones como la CODHEM deben comprometerse, no solo a cumplir la Agenda 2030, sino a hacerlo con un enfoque interseccional, inclusivo y profundamente humano.

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