Miguel Ángel Ramos

“Paisajes protegidos” para la mariposa monarca

MexiquenSer

Hay una especie que surca los cielos, es mensajera de vida, une naciones y tiene en el Estado de México su “tierra prometida” para sobrevivir al invierno y renovar su ciclo vital.

Los bosques de oyamel que coronan las montañas de la entidad guardan uno de los fenómenos naturales más extraordinarios del planeta: un manto vivo de mariposas monarca, que viajan más de 4 mil 500 kilómetros desde Canadá, para hibernar entre noviembre y marzo.

Sin embargo, lo que hoy luce espectacular lo era aún más hace 30 años, cuando se extendía en 18 hectáreas, entre el Edoméx y Michoacán. Hoy, promedia unas 3 hectáreas.

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Las causas no son un secreto. El cambio climático que trastoca las lluvias, altera los ciclos migratorios y hace caer tormentas invernales que provocan mortandad masiva. También la tala clandestina y la deforestación fuera de los santuarios erosionan el microclima que requiere para hibernar segura.

Iniciativas como el programa estatal “Vuelos de Transformación”, que empezó en 2024 y que contempla más de 200 jardines agroecológicos en 19 municipios para regenerar espacios de alimentación y polinización son plausibles ante una urgencia evidente.

Durante la temporada 2024-2025, la superficie ocupada por las monarcas en sus refugios se duplicó en México, ocupando 4.42 hectáreas en comparación de las 2.2 del año anterior, según el World Wildlife Fund. Un respiro.

Este frágil renacer contrasta con las 56 mil hectáreas que oficialmente abarca la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, compartida con Michoacán, entidad que se ha identificado más con la especie, incluso con un equipo de futbol profesional que llevó su nombre.

Por eso es importante la propuesta presentada por el Partido Verde en la Legislatura mexiquense, el pasado 20 de agosto, con la que busca crear la figura de “paisajes protegidos”, para salvaguardar ecosistemas no incorporados a reservas naturales, pero que son clave para el viaje de la mariposa monarca como sitios de descanso y alimentación temporal en municipios como Atlautla, Tianguistenco, Jiquipilco, Zinacantepec, Almoloya de Juárez y Amanalco.

Estos corredores ecológicos serían benéficos de manera indirecta para los santuarios activos en la entidad, que son Piedra Herrada, en Temascaltepec; La Mesa, en San José del Rincón; El Capulín y Macheros, en Donato Guerra.

En tiempos en que todo parece girar entorno a temas políticos, esta iniciativa nos hace voltear hacia asuntos como la polinización y la conservación del entorno ecológico, más esenciales para la vida que un partido político o una ideología.

Un buen momento para hacer un llamado urgente y colectivo a la acción en todas las esferas de gobierno y de organización social.

La ciudadanía puede ayudar desde casa: sembrando algodoncillo, que es la planta donde estas mariposas ponen sus huevos y es la única fuente de alimento para sus orugas. Esto también se puede hacer en jardines escolares, comunitarios o parques públicos.

Estamos a tiempo para salvar su aleteo. Es momento de actuar, de salvarlas, de salvarnos.

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