La escritora y primera dama de Estados Unidos, Eleonor Roosevelt dijo en una frase llena de razón “La justicia no puede ser solo en un sentido, debe serlo para ambas partes”, hablar de justicia hoy probablemente sea uno de los temas más dolorosos y apremiantes en nuestro país.
En apenas unas semanas, México atravesará el primer ejercicio de elección de jueces y magistrados a nivel nacional y local, lo que definirá el camino de la impartición de justicia en un contexto en el solo 1 de cada 10 delitos son denunciados, peor aún, el índice de impunidad para los mexicanos alcanza el 90 por ciento de los casos…en México ser víctima de un delito y obtener justicia no solo es caro, es casi imposible.
Hablar de justicia también puede verse en el contexto social y de género, el 33 por ciento de los hogares en nuestra tierra están a cargo exclusivamente de una mujer, dejando la responsabilidad de los padres, en atención y educación de lado. Aun cuando el nivel de graduación universitaria de las mujeres ha superado a lo largo de la última década a la de los hombres, 52.3 por ciento de mujeres graduadas contra el 48.5 de los hombres, aun así, la brecha salarial entre hombres y mujeres aún alcanza cerca del 15% … La justicia, para de verdad serlo, debe ser sin distinción.
El pasado 1 de mayo, en el marco de las celebraciones por el Día Internacional del Trabajo, el Gobierno Federal anunció con bombo y platillo el inicio de la implementación de la jornada laboral de 40 horas, una condición que ha sido impulsada por Gobiernos Progresistas en todo el mundo y que en México no podía quedar de lado, pero ¿Qué tan justa será esta medida cuando no alcanzará ni a la mitad de la población del país?
¿Quién garantiza una jornada laboral de 40 horas para el trabajador ambulante, para el operador de autobuses, para la empleada doméstica o para los millones de mexicanos que ven la seguridad social, el acceso a servicios de salud, las vacaciones y el aguinaldo como una posibilidad remota? Ante los tan presumidos logros de la “privamera laboral” queda claro que el arcoíris solo sale si estás del lado del sol y en México el 54.5 por ciento de la población es informal, así que no le llega ni un pequeño rayo.
La justicia sólo es justicia si considera a todos…en un escenario con un panorama de decrecimiento económico y una expectativa de crecimiento de 0 por ciento, la aplicación de medidas que encarecen el proceso productivo, que presionan con mayor gasto y menos rendimiento a las empresas y que invitan a los formales a dejar de serlo, el éxito de estas disposiciones resulta fantasioso.
Aún no terminamos de enfrentar el impacto de la imposición de aranceles al aluminio, acero y a la industria automotriz, tenemos la última posición en el índice de productividad de los países pertenecientes a la OCDE, enfrentamos un proceso de alta incertidumbre económica y la carga tributaria para la generación de empleos en el sector formal, sigue en aumento, hoy preguntamos ¿Cuándo se aplicará al 100 por ciento la deducibilidad de las prestaciones sociales? ¿Dónde está la justicia para todos?
Estimado lector, siempre ha sido nuestra intención hacer de este espacio una lectura positiva, pero nunca estaremos en la posición de negar la realidad, requerimos cambios sí, pero en todos los sentidos, con efectos duraderos y no basados en la imposición… requerimos justicia, pero que nos incluya a todos.
Nos leemos la siguiente
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