Durante años, fraccionamientos como Colinas del Sol, en Almoloya de Juárez, fueron sinónimo de abandono. Calles sin pavimentar, luminarias inservibles, montones de basura, escasez de agua potable y una total ausencia de servicios básicos marcaron la vida diaria de miles de familias que, con la promesa de una vivienda digna, se instalaron ahí buscando tranquilidad.
Los vecinos, cansados de esperar, han denunciado una y otra vez el olvido de las autoridades. Se han quejado amargamente durante años de que no se para una patrulla, las lámparas llevan años fundidas y en época de lluvias se quedan incomunicados.
Otros residentes reportan drenajes colapsados, inseguridad constante y hasta robos a plena luz del día.
La realidad es que muchos de estos desarrollos fueron autorizados sin una planeación urbana adecuada.
Las constructoras vendieron ilusiones y, tras entregar las viviendas, desaparecieron sin dejar respaldo ni mantenimiento, al amparo de gobiernos municipales indolentes.
Los municipios, por su parte, tardaron años en asumir responsabilidades mínimas como la recolección de basura o el alumbrado público, cuando lo hicieron.
Colinas del Sol no es el único caso. Existen decenas de fraccionamientos en condiciones similares a lo largo del Valle de Toluca. Ya no es posible seguir ignorando a estos ciudadanos. Urge una estrategia de recuperación integral y, sobre todo, voluntad política para revertir años de abandono institucional.
En el caso de Almoloya de Juárez, el alcalde Adolfo Solís Gómez, es singular, pues le ha dedicado un importante esfuerzo a estos lugares, a pesar de que sería obligación de las constructoras.
En Colinas del Sol entregó recientemente obras en dos comunidades por cerca de 9 millones de pesos y una de ellas fue Colinas del Sol, la otra fue Mina México.
En ambas hizo la repavimentación de avenidas principales, pero nada de tapar baches con chapopote, como vemos por ahí, sino concreto hidráulico para que sirva.
En ambas arregló luminarias, y arreglos generales para mejorar el entorno urbano, la movilidad y la seguridad de los ciudadanos.
Ya está en los preparativos para intervenir en agosto la comunidad de San Agustín Citlali, en la zona norte del municipio y nos cuentan que prepara más.
Parece que sí se puede hacer mucho con los recursos que tienen al alcance, pero son pocos los alcaldes que están dedicados a buscar opciones en lugar de quejarse.
La última trinchera
Quién sabe qué pasará con los comunicadores del gobierno mexiquense que no colocan el trabajo de sus jefes en los medios de comunicación.
Las secretarías parecen inoperantes, porque todo lo que se difunde son quejas y fallas, pero de su trabajo nada.
A donde sea que uno se acerca, se encuentra con tesoros escondidos de obras y acciones que no se han ventilado porque esa estructura del gobierno estatal se niega a soltar prenda, son una especie de enemigo en casa que simplemente no deja salir la información.
Quién sabe quién estará ahí saboteando a la gobernadora Delfina Gómez y a su gabinete, que está dispuesto -o dispuesta- a que todo se vaya a pique por la falta de difusión. Y es que tienen a su disposición una gran estructura experta en la materia, pero guardan celosamente la información por temor de que “alguien” haga campaña con ella o se fortalezca de más y total, ni una cosa ni la otra porque de las obras y acciones de gobierno nada se sabe.
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