Hace unos días nuestra Presidenta de la República, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, presentó su informe de gobierno. Varios temas importantísimos por destacar durante este primer año de su gestión. Avances trascendentales en salud, educación, seguridad, vialidades y bienestar social.
Una de las cualidades más importantes que tiene nuestra presidenta es la habilidad para lidiar con los múltiples embates que a diario nos propina el país vecino. No la tiene fácil, pero su gran inteligencia y madurez política le ha servido para salir victoriosa en cada una de las situaciones en que ha tenido que plantar frente.
Por ello me congratulo en felicitar a la Dra. Claudia Sheinbaum por el primer año de gobierno. Su trabajo ha sido impecable y para muestra las múltiples encuestas de opinión que la sitúan por encima de los 74 puntos de aprobación. Cifras altísimas para cualquier líder de un país.
La presidenta está haciendo una labor encomiable. Ella es una muy digna representante de todo el Pueblo de México, y modelo para todos y cada uno de los morenistas en nuestro país. En honor a eso debemos ahora pensar en que vamos a aportar cada uno de nosotros para hacer eco de esa titánica labor. ¿Qué sigue en nuestro movimiento? ¿Cómo podemos abonar al segundo piso de la cuarta transformación?
En nuestro país desde tiempos inmemoriales se ha hablado de los inicios de los movimientos progresistas. Hoy, lejos de hacer un recuento de los orígenes y de la evolución de la izquierda en nuestro país; considero es más significativo situarnos en la actualidad: lejos de la retórica y más cerca de la acción.
Los que somos funcionarios públicos debemos empezar por lo primordial: hacer nuestro trabajo a cabalidad y las tareas propias del mismo. Si cada funcionario público hiciera su trabajo; estaríamos hablando de otro México. Usemos como ejemplo a nuestra presidenta y que ese mismo nivel de compromiso y responsabilidad se muestre en cada una de nuestras tareas.
En mi caso como diputada mi labor se centra en las tareas legislativas y en la atención a los ciudadanos; en el caso de los secretarios de estado que se encuentran bajo la tutela de nuestra gobernadora, la maestra Delfina Gómez Álvarez, se centran en realizar el trabajo pertinente para lograr que las políticas públicas que necesita nuestro estado se concreten, y así cada una de las áreas del estado.
Los presidentes municipales tienen una tarea compleja ya que son ellos quienes de primera mano atienden las necesidades de nuestros ciudadanos. Muchas veces teniendo una tarea gigantesca ya que tienen que solventar la mayor cantidad de problemáticas con los muy pocos recursos que tienen. Es aquí donde convergen las ayudas federales y las estatales para que en coordinación se pueda lograr un mejor resultado.
Esa instrucción de trabajar en coordinación es una que nos dicta nuestra presidenta de la República y que va en concordancia con el segundo punto importante que es preservar la unidad. Para lograr eso es necesario escuchar todas las voces, incluso las que nos incomodan.
Los movimientos progresistas siempre se caracterizaron por permitir la libre expresión, sería entonces contraproducente actuar ahora como lo hicieron otros movimientos que envalentonados y locos de poder perdieron la brújula. Porque entonces estaríamos corroborando que únicamente se luchó por estar en el poder para hacer realidad la máxima de “quítate tú, para que me ponga yo”. Este movimiento debe ir más allá; y lograr asentar y construir en verdad un movimiento que prospere.
La hazaña de sacar a millones de la pobreza debe ser solo la punta de lanza y todos debemos abonar a la construcción de todo lo demás que se necesita. Además, hay que recordar que es a través de la crítica que podemos perfilar el movimiento y ajustar el rumbo en caso de que nos encontremos en la incertidumbre.
La Frase “menos escritorio y más territorio” implica que, mediante la atención al público, a través los recorridos a ras de suelo, así como recorren las calles los demás ciudadanos, nos podamos dar cuenta de que está necesitando la población y con ello realicemos acciones concretas en pro de solucionar la problemática.
El día de hoy tenemos una presidenta de lujo; quien funge con una elevadísima calidad moral poniendo el ejemplo en las diversas tareas del servicio público. ¿Qué nos queda a nosotros como actores de esta cuarta transformación?, simple, apegarnos a los principios que rigen la cuarta transformación: no mentir, no robar y no traicionar. Hay que recordar que nosotros no somos iguales a los gobernantes neoliberales; que lo nuestro es una lucha por la dignificación de la vida del ciudadano. Y de esa manera debemos comportarnos.
Cualquier encargo público es una responsabilidad y hay que tener la sensibilidad suficiente para enfrentarlo de la mejor manera posible. Que el ocupar un escaño en alguna dependencia no sea la justificación para olvidarnos de la población y de los ideales por los que tantos y tantos lucharon. Se predica con el ejemplo, no con la palabra. Si hablamos de un gobierno humanista; nuestros protagonistas de este cambio deben ser los primeros en comportarse de la mejor manera posible y estar a la altura de las circunstancias. Y si cumplimos nuestro encargo con dedicación, dignidad y responsabilidad estaremos poniendo en alto al movimiento y podremos hablar de construir varios pisos más a esta transformación.
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