Entre el ocaso de 1976 e inicios de 1977, resultado de un movimiento estudiantil, también aupado por el movimiento sindical, se logró la reforma a la Ley de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
Esa metamorfosis consiguió algunos cambios: 1) No permitir la reelección a la rectoría y tampoco a las Direcciones de las escuelas, institutos o facultades. 2) La duración para ambos cargos, aumentó de tres a cuatro años. 3) El Consejo Universitario quedó integrado por: el director(a) de cada espacio académico, más un profesor(a) titular representante de su comunidad académica y, dos estudiantes, como portavoces de cada espacio académico. Fue así como se logró la paridad.
En aquella época, la matrícula apenas superaba los 24 mil; más de la mitad eran preparatorianos; cerca de 11 mil cursaban la licenciatura y, apenas se acumulaban 500 estudiantes de posgrado. Es decir, desde hace casi media centuria las decisiones en la máxima casa de estudios se realizan a través de la representación de estudiantes, docentes y directivos, más la participación de los titulares de los sindicatos: SUTESUAEM y FAAPAUEM. Lo mismo ha ocurrido en los Consejos de Gobierno de cada Escuela, Facultad o Instituto.
Como la mayoría de las universidades públicas estatales y autónomas, desde aquella reforma, optamos por un sistema de autogobierno deliberativo y basado en una representación indirecta.
En fechas recientes, desde que se impuso el cese de las actividades, los paristas piden que se instituya el voto universal, directo y secreto para elegir al rector(a), así como para arribar al puesto de director(a) en cada espacio educativo. Si así fuese, ganaría quien más votos acumule en la respectiva contienda.
De las 32 universidades autónomas estatales, únicamente las de Guerrero, Coahuila y Zacatecas aplican este sistema. Zacatecas pondera la votación de sus estudiantes (45%); docentes (45%) y, 10% el personal administrativo. Coahuila no incluye al sector administrativo y los votos de estudiantes y profesores cuentan por igual. Guerrero tiene, además de reelección, voto directo, universal y secreto de sus tres sectores, sin proporción. Consecuentemente, en esta última, triunfa quien más votos obtiene.
Hoy, en la UAEMéx habría un “padrón electoral” de 110,450 sufragantes. Si no se ponderara, la definición recaería en el estudiantado, pues representa el 89%. Los académicos(as), constituimos el 7% y, el personal administrativo, el 4%.
La planta académica aporta sus conocimientos, experiencias y saberes para formar a las generaciones futuras. Los dos sectores minoritarios laboramos para la institución.
A través del trabajo hemos forjado nuestra historia profesional. Nos va el presente, el futuro y nuestro sentido existencial. Ante quienes mantienen el paro, convendría dialogar para profundizar en las implicaciones de esa propuesta. ¿Por qué tanto silencio e inacción ante un asunto trascendente?
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