Tras una década de esfuerzos en prevención del embarazo en adolescentes, los resultados del Proyecto Libélula señalan retos de gran calado en el caso del Estado de México.
El Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GEPEA) fue constituido en la entidad en 2015. Desde entonces, dicho equipo de trabajo se ha mantenido en funciones, teniendo a la cabeza al Consejo Estatal de Población (COESPO), así como a la Secretaría de las Mujeres.
El año que se puso en marcha la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), el Estado de México ocupaba el 1er lugar, al notificar 54 mil 424 casos de madres adolescentes, cuyas edades eran de 10 a 19. Una década después, la entidad continúa en primer lugar en el concierto nacional, pues en 2024 reportó 27 mil 336 casos, en el mismo rango de edad. Además, no se han podido erradicar los casos de madres menores de 15 años, aunque está comprometido en la Agenda 2030. En el periodo analizado, se acumuló un total de 405 mil 790 chicas que se convirtieron en madres. En tierra mexiquense, diariamente 111 adolescentes encaran un parto e incursionan en la crianza.
La mayor parte de los fondos para atender esta política pública ha procedido del Gobierno federal. Sería deseable que el Poder Legislativo del Estado de México, ahora sí, asignará presupuesto para atender frontalmente esta problemática, si en efecto les interesa la salud de las adolescentes y de los hijos e hijas de estas chicas.
La investigación realizada por el Proyecto Libélula, mediante un análisis de regresión lineal simple, más un modelo lineal mixto, equivalente a un Análisis de Varianza (ANOVA) de medidas repetidas, aplicado a los 125 municipios, ha dejado claro que la reducción del embarazo en adolescentes en la década estudiada ha sido heterogénea y desigual en cada demarcación geopolítica de la entidad.
Los ayuntamientos que lograron una significativa reducción en sus Tasas Específicas de Fecundidad en Adolescentes (TEFA) de 15 a 19 fueron, de mayor a menor, Atizapán, Cuautitlán, San Mateo Atenco, Ecatzingo, Joquicingo, Texcalyacac, Ixtapan de la Sal, Huehuetoca, Mexicaltzingo y Tequixquiac. Estos municipios son líderes en la reducción de la TEFA:15-19.
En contraste, los municipios que evidencian mayor rezago fueron: Ixtapan del Oro, Ayapango, Tenango del Aire, Nextlalpan, Jaltenco, Tepotzotlán, Chicoloapan, Cuautitlán Izcalli, Coacalco de Berriozábal, Isidro Fabela, Villa Victoria y Villa del Carbón.
Lo que muestran estos análisis no es solo un conjunto de indicadores: es la confirmación de que cada municipio enfrenta condiciones y desafíos propios. Reconocer esas diferencias es el primer paso para diseñar políticas públicas más justas y eficaces, capaces de atender a quienes se han rezagado y de aprender de quienes han avanzado con mayor rapidez.
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