La vida cósmica, espiritual y terrenal transcurre en dimensiones temporales. Según algunos teóricos que cultivan el origen del cosmos, a partir del Big Bang, este data de hace unos 13 mil 880 millones de años. Ese tic-tac ha sido perenne, imparable y se hunde en la noche de los tiempos, como bien diría René Barjavel.

Al comparar esa edad con la presencia del Homo sapiens, apenas alcanzamos entre 200 mil años o, más generosamente, alrededor de 300 mil años. Una dimensión que bien podría darnos una idea de nuestra edad frente al cosmos sería pensar que somos 46 mil veces más recientes como especie. Por su parte, el tiempo espiritual, aquel dueño de toda la eternidad. Por eso, se dice que solamente Dios es eterno. No hay medición alguna para Él; es el alfa y el omega de todo tiempo y lugar. Sin principio ni fin. La pensaron bien aquellos primeros teólogos fundacionales; parece que ganaron la partida.

Respecto al tiempo terrenal, el de ayer, el de hoy, acaso el de un mañana, nos liga, ya sea a Cronos (o bien a Kronos). Este dios nos lleva a la medición fragmentada del tiempo, al uso de la ciencia o de la técnica, hasta conducirnos al reloj, pero también a la sincronización colectiva. Por eso: ¡llegó la hora de despertar, de comer, de merendar, de cumplir con tal o cual cosa o tarea! Y, nos da la gracia de creer que lo podemos manipular.

En cambio, Kairos, arde vigorosamente en nuestra experiencia interior, en las llamas de nuestra existencia. Es aquel tiempo del que ya nos hablaba San Agustín, Søren Kierkegaard, Henri Bergson, Edmund Husserl, Martin Heidegger. Desde luego, Jean Paul Sartre. Es el tiempo de Kairos el que nos lleva a pensar que determinadas experiencias son “eternas”, “breves”, que algo dura poco o mucho. Pueden ser pocas o muchas horas, pero a nosotros(as), nos parece lo contrario o distinto.

Estás 32 líneas que he colocado vienen a cuento porque usted, yo, muchas personas quizá no dejamos de sorprendernos de cómo es que esta profunda relación entre (C) Kronos y Kairos nos lleva a perder cuán rápido inician, transitan y terminan los cargos en los que algunas personas, por distintas razones o circunstancias, ocupan un cargo que parece ser poderoso.

Por ejemplo: la actual rectora, la Dra. Martha Patricia Zarza Delgado, el próximo 3 de marzo rendirá su primer informe de labores. Le quedan solamente tres años. Se comenta que, antes de tal rendición de cuentas, moverá a una persona de su equipo cercano. Ya veremos a quién.

Claudia Sheinbaum señala que todo va muy bien con el segundo piso de la 4T. Pero la gobernadora del Estado de México, la Mtra. Delfina Gómez, acaba de rendir su segundo informe. ¿Acá, vamos dos a siete o dos a uno? Ojalá todas las personas entiendan qué significa el Kairos y Cronos, porque todo llega al final, todo fenece. Todo se acaba.

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