La consulta que está en marcha en la comunidad universitaria ha propuesto ocho mesas temáticas para encarar la Reforma de la Ley de la Universidad Autónoma del Estado de México. Ahora dedico unas líneas a la “Mesa 4: Investigación, Innovación y Tecnología”.

Además de las tres preguntas detonadoras que se han propuesto, considero que por lo menos falta una: ¿Cómo reconocer a las y los investigadores de la UAEMéx? Olvidamos a las personas; somos los seres humanos los que damos vida a las instituciones. El Espíritu Santo está en otra parte.

Hasta hace unos meses, el personal académico de tiempo completo ascendía a 1,371. El 78 % tenía estudios de doctorado. Si se considera al cien por ciento de quienes tienen una plaza de tiempo completo en la UAEMéx, el 60 % ha logrado ingresar al Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras (SNII), reconocidos por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti).

En la UAEMéx, apenas el 15 % de sus investigadoras e investigadores han obtenido un alto rango, al alcanzar los niveles II, III o eméritos/as dentro del SNII. El 85 % restante tiene el nivel I o son candidatos/as.

Existen diversas maneras de reconocer la labor de la planta académica que ha logrado un alto rango dentro del sistema nacional de investigación. Considero que ese 15 % debería tener acceso a mayores fondos de financiación en la UAEMéx, especialmente aquellos proyectos que atiendan problemáticas de alto impacto social. ¿Qué tal la pobreza, la desnutrición, el aprendizaje escolar, la obesidad, el embarazo en adolescentes, el cambio climático, los trastornos de personalidad, la inseguridad o la violencia en sus distintas formas?

Por otro costado, sería deseable que en el Programa Institucional de Impulso y Reconocimiento a la Investigación y el Perfil Académico (PROINV) obtuvieran un puntaje significativo quienes formen postdoctores/as. Usualmente, es un programa que financia la Secihti por dos o cinco años. Debido a una extraña “ceguera”, el PROINV no ha reconocido ni valorado a quienes forman postdoctores/as. La rectora debería resarcir esa “involuntaria” omisión.

También es recurrente identificar casos en los que una investigadora o investigador, dentro del año sujeto a evaluación, logró dirigir y graduar a estudiantes de licenciatura, especialidad, maestría o doctorado, pero no obtuvo el merecido puntaje ni las piadosas Unidades de Medida y Actualización (UMA); estímulos económicos que sirven para compensar el bajo salario que paga la UAEMéx.

Sí, el estudiante se graduó; la tesis se colocó en el repositorio institucional; el acta de examen está en el sistema de control escolar, pero… “ese papelito” no dice a qué semestre correspondió el esfuerzo. La escena es kafkiana: todo se logró, pero la constancia administrativa no dice si fue la fase semestral A o B de ese ciclo escolar. Entonces, ¿la reforma será de forma o de fondo?

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