Dentro de una semana la máxima casa de estudios elegirá a la primera mujer que dirigirá los destinos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). Hasta el momento en que perfilo esta colaboración (domingo 4 de mayo), están en el horizonte seis académicas que aspiran a la rectoría.

Para cada una, quizá desde febrero, los días estuvieron llenos de intenso esfuerzo y precipitación; quizá tras escuchar distintas voces, cada semana fue aderezada con dudas, expectativas, desesperanza, logros; más una pedacería de elogios y descalificaciones, típicas en este tipo de procesos.

Admitamos que, para una parte de la comunidad universitaria, especialmente para quienes tienen más de una década formando parte de la vida institucional, este episodio ha tenido signos de confusión y, algunas veces, chispas de lo inédito. Nunca habían concluido la fase de promoción del voto seis aspirantes a la rectoría.

Para el estudiantado quizá no parezca novedosa la elección, pues han vivido en un mundo volátil, incierto, organizado-caótico, inestable, líquido –acotaría Zygmunt Bauman--. ¿Qué retos tendrá la primera rectora? Para abrir bocado, van los siguientes cuatro.

  1. Formar un gabinete que aporte estabilidad interna. Puede que no consiga integrar a las cinco aspirantes, pero deberá pulsar el peso político-académico de cada una, además de la capacidad que tendrían para ayudarle en su gestión, sin poner “involuntarias” zancadillas.
  2. Estará obligada a dialogar pronto con la Gobernadora Delfina Gómez y con el secretario de Educación, Mario Delgado (no se confundan), para saber en qué términos económicos y financieros se hará realidad aquello de: “No más estudiantes rechazados en el nivel medio superior”. Porque aquello de hacer más con lo mismo, es poco serio.
  3. Otro aspecto para considerar es que, al entrar en funciones el 14 de mayo, en 18 días más, sobrevendrá la elección para renovar una parte del Poder Judicial. Se especula que, a varias universidades públicas, entre ellas, la nuestra, les podrían “reducir transitoriamente” una parte de sus fondos públicos, ya que se requerirá de liquidez para aceitar aquel proceso electoral.
  4. A partir del envejecimiento que se acentúa en el país y, consecuentemente en la máxima casa de estudios, las universidades públicas estatales estarán obligadas a encarar una problemática que no se ha querido atender y que, cada día con más frecuencia, exige reemplazar las plazas de quienes se han jubilado.

La primera rectora tendrá que conocer mucho de su casa de estudios e integrar un sólido y experimentado gabinete. El sistema patriarcal y machista no se replegará porque llegue una mujer al cargo. La historiadora austriaca Gerda Lerner, señaló que dicho sistema tiene más de cuatro mil años de existencia y busca perpetuarse; muchas veces camuflándose en forma de “machismo invisible”, como apuntó la psicóloga Marina Castañeda.

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