¿Quién no disfruta una buena historia de terror? El cine y la literatura, sobre todo, se han encargado de acrecentar y acompañar nuestros temores con un panteón muy grande de criaturas mutantes, monstruos, extraterrestres, fantasmas, poltergeist, muertos vivientes y un largo, largo, etcétera. Todos ellos, de alguna manera, parten del miedo y de las pesadillas de los hombres que, a lo largo de muchos años, dieron forma a los mitos y las leyendas que ahora forman parte de la cultura popular.

En el caso del cine, tenemos un panteón de criaturas o monstruos clásicos que tuvieron una época de apogeo y éxito gracias a Universal Pictures y Hammer Films. La primera fue la encargada de producir y provocar con ello una época de oro del cine de horror en la década de los treinta. Inició con Drácula y continuó con Frankenstein, El hombre lobo, La momia, El fantasma de la ópera, El hombre invisible y La creatura de la Laguna negra; mientras que Hammer retomó estos personajes y realizó diversos remakes a color y sin los derechos oficiales.

A partir de los 70’s y 80’s, con una nueva camada de directores que se avocaron al género de terror, nace una nueva generación de monstruos nacidos de lo sobrenatural, el espacio o el infierno, sembrando nuevas pesadillas en las mentes de quienes atestaron las salas cinematográficas para sufrir y gozar del terror.

En 1973 se estrenó El exorcista, basada en la novela homónima de William Peter Blatty, donde asistimos al exorcismo de Regan MacNeil, tras sufrir una posesión diabólica. Acá agregaría a Damien, el anticristo, personaje principal de la terrorífica The Omen. Ambas con una banda sonora que taladra cabezas y provoca horrores hasta nuestros días.

Leatherface de Tobe Hooper es un psicópata basado en la figura del asesino Ed Gein, con una máscara hecha de piel humana, su clásico mandil y una sierra eléctrica como arma favorita para perseguir víctimas indefensas. O el terrible

Pennywise, basado en John Wayne Gacy y su encarnación de Pogo el payaso, otro asesino serial famoso.

El cine de slashers con asesinos seriales tuvo su debut con Halloween de John Carpenter en 1978, gracias al psicópata Michael Myers; seguido por Jason Voorhees de Viernes 13, dirigida por Sean S. Cunningham, y Freddy Krueger en Pesadilla en la Calle de Infierno de Wes Craven.

Una figura más, nacida del horror que provoca el miedo a los extraterrestres y el insondable espacio exterior, es el Xenomorfo de Alien: el octavo pasajero, bajo la dirección de Ridley Scott, donde somos testigos del asesinato de la tripulación de la nave Nostromo.

Las menciones “horroríficas” son para Chucky, el muñeco diabólico, de Child’s Play que toma vida por un ritual vudú (van un par de parodias: el muñeco de Krusty que intenta matar a Homero en la Casita del Horror y una película serie B, titulada Black Devil Doll, solo para adultos); Pinhead de Hellraiser, basada en la obra de Clive Barker, al igual que Candyman y la perturbadora historia de este asesino que aparece si lo llamamos tres veces por su nombre. La cinta ya tuvo su nueva versión de la mano de Jordan Peele y un episodio remedo en South Park, donde Cartman invoca al rapero Biggie Smalls.

Nuevas generaciones de monstruos aparecen con el tiempo pues el mal no descansa nunca y habría que pensar en una nueva camada de seres encabezados por Billy, the puppet o Annabelle. Así que hagan sus apuestas y voten por su nuevo monstruo favorito. Mientras tanto, los invito a hacer fila de conga con “El monstruo” de Los Crazy Bird.

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