Dama, damita, caballero: hoy vengo a recomendarles un libro maravilloso, sabroso y con una historia estupenda. Ahora que tengo su atención, déjenme hablarles de La ruta del hielo y la sal, novela del escritor mexicano José Luis Zárate, que fue editada por Grupo Editorial Vid en el lejano 1998 tras ganar el Premio Internacional de Novela de Ciencia Ficción y Fantasía que convocaba por segundo año consecutivo la desaparecida editorial. Dicho premio había sido creado para reconocer y premiar obras de ciencia ficción, terror o fantasía en español, y con el objeto de darle auge a dichos géneros, muchas veces infravalorados en México pero que han tenido un gran boom (a Dios, gracias) en los últimos años.

La novela está inspirada en un aspecto velado de Drácula, la famosa novela de Bram Stoker publicada en 1897. Me refiero al Capítulo 7 de dicha novela, donde se narra la travesía del Démeter, la goleta rusa que transporta al terrible monstruo, por el Mediterráneo, desde Europa oriental hasta el estrecho de Gibraltar, y luego por el Atlántico hasta Inglaterra.

Con esta obra, Zárate pretende responder a la pregunta: ¿Qué sucedió realmente en el viaje del Démeter, aquel barco que partió de Transilvania con un monstruo en su bodega de carga? Y digo esto porque en la novela de Stoker jamás se narra qué le sucede al capitán y a su tripulación, sólo sabemos que la embarcación es descubierta en medio de una tormenta, abandonada a su suerte sin nadie que la guíe, y termina varada en la arena conservando solamente su carga compuesta por varios cajones de madera, llenos de mantillo, una especie de abono que se obtiene tras fermentar el estiércol.

En el libro de Zárate, el capitán de la nave (que carece de nombre más no de personalidad) emprende un viaje desde Varna, ubicada en Turquía, a Whitby, una ciudad situada en la costa noroeste de Inglaterra, se abre paso entre nieve y témpanos de hielo hasta desembocar en una zona calurosa donde el sol hace brotar el sudor, y con ello la sal, del cuerpo de los hombres.

De forma paralela conocemos la historia de la carga que transporta el barco. Dicho cargamento encierra al monstruo que, obedece a su naturaleza, diezmara a la tripulación sin que nadie pudiera detenerlo.

Al igual que en Drácula, donde la historia del Démeter se cuenta por medio de las fechas de una bitácora, la novela de Zárate imita este hecho para darle más verosimilitud: se divide en tres capítulos, mismos que condensan ciertas partes del viaje en que se ven envueltos los tripulantes. Así se expondrán los motivos por los que desaparecieron los marineros de la obra original, y los destinos de cada uno de ellos, mientras entreteje la historia del capitán, hombre que conoceremos en la vigilia del sueño, por sus pensamientos y sus deseos.

La representación del mal se encuentra encubierta también y mirando de lejos a su presa, al igual que el capitán. Ambos, hacia el final de la novela, terminarán enfrentándose para cumplir con su destino.

En el 2020 el Fondo de Cultura Económica decidió recuperar esta chulada de obra (pues su edición original es muy difícil, por no decir imposible, de encontrar) y reeditarla en un formato de bolsillo y a un precio muy accesible.

Existe una frase preciosa, y a la vez terrible, atribuida a Oscar Wilde que dice: “Cuando los dioses quieren castigarnos, atienden nuestras plegarias”. Si quieren saber por qué, pregúntenle al capitán de esta obra. ¡Avisados están!

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