¿Qué tienen en común Popeye, Cab Calloway y Betty Boop? Si no lo saben, queridos lectores, déjenme contarles la historia de los Fleischers y su estudio de animación.
Esta historia (que pueden leer en blanco y negro, como se presentan los recuerdos y las viejas películas) comenzó en julio de 1883 con el nacimiento de Max y, el mismo mes, aunque once años más tarde, vio la luz su hermano Dave. Aún no lo sabían, pero ambos se convertirían con el tiempo en pioneros de la animación.
Fue Max, considerado un geniecillo, quien creó el rotoscopio en 1915. Esta técnica, que fue un boom, consiste en dibujar figuras, fotograma a fotograma, sobre la acción filmada para dar una sensación más fluida y realista. Una vez patentado el invento (que fue creado en su propia casa) comenzaron a trabajar en una película que tuvo como protagonista al propio Dave vestido de payaso. Con el tiempo este personaje se convirtió en Koko el Payaso.
Esta cinta, realizada con 2 mil 500 dibujos y una duración de un minuto, comenzó a proyectarse en los cines a partir de 1919 y se convirtió en un éxito, así que los hermanos decidieron abrir su propio estudio llamado “Fleischer Studios” en 1921.
Otro de sus inventos fue “la pelota rebotante”. En aquella época donde las películas eran mudas, las letras de las canciones se proyectaban en pantalla mediante diapositivas mientras un grupo tocaba en vivo. La pelota, al rebotar, indicaba el ritmo de la música y el público podía seguirla sin problemas. Seguro recuerdan esto en karaokes o videos de los muppets en la actualidad.
Por si fuera poco, en 1926, asociados con el Dr. Lee DeForest, pionero en la tecnología y uso del sonido, crearon “My old Kentucky Home”, el primer dibujo animado con sonido, ganándole por dos años al clásico “Steamboat Willy” de Walt Disney que se atribuye ser el primer corto de la historia con audio sincronizado.
Con el tiempo y el éxito obtenido, aparecieron otros cortos y más personajes: Bimbo el perro, cuyas primeras apariciones fueron junto a Koko el payaso. No podemos olvidar a la famosísima y talentosa Betty Boop que surgió del corto “Dizzy Dishes” en 1930.
Hay que agregar a dos personajes que ahora forman parte de la cultura popular y son reconocidos en todo el mundo: Popeye y Superman. El primero, cuyo nombre parte de su característico ojo saltón (pop eye), fue creado por Elzie Segar pero fueron los Fleischer quienes le dieron el toque de las espinacas y su fuerza sobrehumana. Mientras que Superman, con un estilo art déco, fue inmortalizado en nueve cortos. Además, fueron ellos quienes le dieron el poder de volar y agregaron la clásica frase: "¡Más rápido que una bala! ¡Más poderoso que una locomotora! ¡Capaz de volar más alto que cualquier avión!".
Ahora las recomendaciones: los Fleischer tienen un crossover brutal que demuestra el poderío de su animación en el corto “Blancanieves”, con la aparición de Betty, Bimbo y Koko; este último imita a la perfección los pasos de Cab Calloway mientras interpreta St. James Infirmary. Por cierto, no dejen de escuchar la versión que Hugh Laurie (el buen Doctor House) realiza de este clásico del blues. Para ponerle la piel chinita a cualquiera…
Si de Popeye se trata, sólo busquen “Popeye el marino conoce a Sindbad el marino”, grabado en Technicolor, nominado al Óscar en 1937 y seleccionado para formar parte de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Si del hombre de acero hablamos, anótense “The Mechanical Monsters”.
¡Véanlas y disfruten como chamacos!
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