La entrega de enseres a familias afectadas por las lluvias en Los Reyes La Paz coloca a la gobernadora Delfina Gómez en un terreno políticamente delicado pero necesario: el de la respuesta inmediata frente a la emergencia. Más allá del acto protocolario, el mensaje central, que los apoyos provienen del pago de impuestos, apunta a una lógica de corresponsabilidad entre gobierno y ciudadanía, poco frecuente en el discurso público. Sin embargo, la magnitud de los daños en más de mil viviendas también evidencia una deuda estructural en materia de prevención, infraestructura hidráulica y ordenamiento urbano que no se resuelve con colchones ni electrodomésticos. La empatía y el acompañamiento institucional que destaca la mandataria son indispensables, pero el reto de fondo para su administración será transformar la atención reactiva en políticas sostenidas que eviten que, cada temporada de lluvias, la solidaridad vuelva a ser el único dique frente a la vulnerabilidad social.

Tráfico hoy, promesa mañana
La construcción del distribuidor vial en Residencial Coacalco ilustra el viejo dilema de la obra pública: prometer beneficios futuros a costa de un presente caótico. Si bien el proyecto apunta a resolver un cuello de botella histórico sobre la Vía José López Portillo, la falta de planeación operativa y comunicación efectiva ha convertido la zona en un laboratorio de paciencia para vecinos y automovilistas. La reducción de carriles sin señalización clara, la ausencia de rutas alternas formales y la improvisación vial han generado no solo congestionamientos cotidianos, sino también tensiones sociales que van de los reclamos a los conatos de violencia. En este contexto, más que acelerar la obra, el reto inmediato del gobierno municipal es ordenar el tránsito, informar con claridad y entender que una infraestructura pensada para mejorar la movilidad no puede avanzar a costa del desgaste diario de quienes la padecen.
Seguridad decembrina
El operativo contra la pirotecnia irregular en Toluca, instruido por el alcalde Ricardo Moreno, pone sobre la mesa una discusión recurrente cada temporada decembrina: la tensión entre seguridad pública y economía informal. La presencia coordinada de Protección Civil, fuerzas federales y organismos de derechos humanos busca enviar una señal de orden y legalidad, pero también evidencia que el problema no se limita a decomisos aislados, sino a una práctica arraigada que reaparece año con año. La estrategia puede reducir riesgos inmediatos de accidentes y tragedias, especialmente en zonas densamente pobladas, pero su efectividad a largo plazo dependerá de que el gobierno municipal complemente la vigilancia con alternativas económicas, campañas de prevención y una aplicación constante de la norma, para que la pirotecnia deje de ser un peligro tolerado y se convierta en un asunto verdaderamente atendido.

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