Las cifras del Congreso del Estado de México muestran que la productividad legislativa no depende tanto del número de iniciativas presentadas, sino de quién las impulsa: mientras menos del 30 por ciento de las propuestas de las bancadas ha sido aprobado y la mayoría permanece congelada en comisiones o ha precluido, más del 90 por ciento de las iniciativas enviadas por el Poder Ejecutivo avanzan sin mayor resistencia, al igual que casi la totalidad de las remitidas por ayuntamientos y el Poder Judicial; este contraste revela un Legislativo activo en el registro, pero selectivo en la decisión, donde el origen de las propuestas pesa más que su contenido, lo que debilita su papel como espacio de deliberación plural y refuerza la percepción de que, salvo excepciones como el Juzgado LIBRE, el consenso se construye solo cuando la iniciativa no nace en las curules.
Mitad del camino
El año 2026 marcará un punto de inflexión para el Gobierno del Estado de México, no por el anuncio de nuevas metas, sino por la evaluación a mitad de la administración del Plan de Desarrollo 2023-2029, ejercicio que, como explicó Rafael Flores Mendoza, director general del COPLADEM, medirá no solo el cumplimiento de objetivos y líneas de acción, sino el desempeño real de dependencias y titulares; el reconocimiento de que al menos 10 por ciento de los programas no está dando resultados anticipa un diagnóstico incómodo pero necesario, cuyo valor no estará en el tablero de semáforos ni en la narrativa de avances, sino en la capacidad política de ajustar, depurar y reorientar recursos, porque a medio sexenio la planeación deja de ser una carta de intención y se convierte en una prueba de gobierno.
Recreación que une
En medio de un contexto marcado por restricciones económicas y agendas públicas saturadas de pendientes, la pista de hielo instalada en Atizapán de Zaragoza confirma que los espacios de recreación también cumplen una función social: ofrecen a miles de familias, muchas de ellas de escasos recursos y provenientes incluso de municipios vecinos, la posibilidad de convivir, apropiarse del espacio público y construir memoria colectiva sin costo alguno; más allá del espectáculo decembrino, estas actividades evidencian que cuando la política pública apuesta por el acceso gratuito al esparcimiento, no solo se generan momentos de alegría y cohesión familiar, sino también un impulso tangible a la economía local, recordando que gobernar no siempre pasa por grandes obras, sino por entender que el bienestar también se mide en experiencias compartidas.
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