La Maquinita

Endurecen sanciones

La tipificación de la usura y de los “montachoques” en el Estado de México es un avance necesario para frenar prácticas que por años han operado en la impunidad y que afectan, sobre todo, a personas en situación de vulnerabilidad. Castigar los préstamos “gota a gota” y sancionar con firmeza a quienes provocan choques para extorsionar, envía un mensaje claro: ya no habrá tolerancia para delitos que lastiman el bolsillo y la tranquilidad de miles de mexiquenses. Sin embargo, estas reformas penales deben ir acompañadas de políticas públicas reales: acceso a créditos formales, educación financiera, mejores seguros y canales de denuncia accesibles. De lo contrario, la ley se quedará en el papel mientras las víctimas sigan enfrentando un sistema que les ofrece castigo para los abusadores, pero pocas alternativas para salir de la precariedad que los hace vulnerables.

Rectoría vuelve a casa

La recuperación del Edificio Histórico de Rectoría tras un largo periodo evidencia no solo el desgaste que vivió la UAEMéx, sino también la urgencia de reconstruir la confianza entre autoridades y comunidad estudiantil. La llegada de Patricia Zarza marcó un giro decisivo: apostó por el diálogo y la transparencia en un momento en que la universidad estaba fracturada, y su postura permitió encauzar un conflicto que se prolongó demasiado. Aunque la entrega pacífica del inmueble es un avance significativo, también deja claro que la universidad requiere cambios de fondo para evitar que las tensiones vuelvan a escalar. Convertir la Rectoría en un Centro Cultural puede ser un símbolo de renovación, pero el verdadero reto para Zarza será demostrar que la institución aprendió de este episodio y que está dispuesta a atender las causas que detonaron la inconformidad estudiantil.

Patricia Zaraza, rectora UAEMéx / Foto Especial

Enciende seguridad

La apuesta del gobierno de Delfina Gómez por iluminar espacios públicos no es menor: en un estado donde miles de mujeres ajustan sus horarios, rutas y actividades por miedo, cada luminaria instalada representa un pequeño acto de justicia urbana. Recuperar deportivos, andadores y zonas comerciales con mejor infraestructura no solo mejora la movilidad nocturna, también envía el mensaje de que la seguridad de las mujeres empieza en lo cotidiano y no únicamente en grandes discursos. Sin embargo, para que estas acciones trasciendan el simbolismo del Día Naranja, será indispensable que los municipios den mantenimiento permanente y que estas obras se acompañen de políticas integrales de prevención y presencia efectiva de autoridades. La iluminación transforma, sí, pero solo es el primer paso para construir un Estado de México donde las mujeres puedan habitar su espacio sin miedo y con plena libertad.

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Delfina Gómez Álvarez, gobernadora del Edomex / Especial

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