Las acciones emprendidas por la Comisión del Agua del Estado de México en 2025 reflejan un cambio de enfoque ante la presión hídrica que vive la entidad, al privilegiar esquemas de aprovechamiento pluvial, reciclaje y recuperación de infraestructura sobre soluciones coyunturales. El salto de 22 a 172 sistemas instalados evidencia voluntad institucional, pero también subraya el tamaño del rezago acumulado durante años de falta de planeación. La eficacia de estas medidas se medirá menos por el impacto inmediato de las cifras y más por su permanencia: que los sistemas funcionen, que las fugas reparadas no reaparezcan y que la cultura del agua sembrada en escuelas trascienda el discurso, en un contexto donde la escasez exige políticas sostenidas y no sólo respuestas reactivas.
El liderazgo alcanzado por el Estado de México en donación y trasplante de tejidos durante 2025 confirma que los avances institucionales no dependen únicamente de recursos, sino de decisiones de gestión. La secretaria de Salud, Macarena Montoya Olvera, ha apostado por un modelo que incorpora controles anticorrupción y profesionalización técnica, un elemento clave en un sector donde la opacidad ha sido un lastre. La prueba será mantener la consistencia del sistema y evitar que el reconocimiento público diluya la exigencia de ampliar el acceso, reducir listas de espera y garantizar equidad en la atención.
El caso de las llamadas cruzadas en Ecatepec confirma que la delincuencia no sólo explota la violencia, sino también el miedo y la desinformación, y frente a ello la reacción institucional oportuna marca la diferencia. Que las autoridades municipales hayan logrado la reintegración familiar en la totalidad de los 21 casos detectados este año habla de protocolos que funcionan, como lo subrayó Edmundo Esquivel Fuentes, pero también evidencia la urgencia de una corresponsabilidad social basada en la prevención. La recomendación de contar con un plan familiar, no compartir información y denunciar de inmediato no es un trámite burocrático, sino una línea de defensa frente a un delito que se aprovecha de segundos de confusión. La extorsión telefónica no se combate sólo con patrullas, sino con información clara, reacción rápida y una ciudadanía que sepa que colgar y pedir ayuda puede marcar la diferencia entre el engaño y la seguridad.
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