El renacer del Lago de Texcoco es un ejemplo claro de cómo la naturaleza puede recuperarse cuando se detienen proyectos destructivos y se prioriza la sustentabilidad. La acumulación de agua, la reaparición de especies antes extintas y la restauración de humedales muestran que los ecosistemas urbanos también pueden regenerarse si hay voluntad política y participación comunitaria. Este proceso no solo beneficia a la flora y fauna, sino que también mejora la calidad de vida de millones de habitantes de municipios aledaños, al regular la humedad ambiental y fortalecer el microclima local. Además, la participación activa de brigadas comunitarias y proyectos como Manos a la Cuenca demuestra que la conservación no es solo tarea del gobierno, sino también de la sociedad. La recuperación del lago es un recordatorio de que proteger los recursos naturales requiere esfuerzo colectivo y visión a largo plazo. Es una lección sobre cómo la gestión responsable del agua y del territorio puede reconciliar desarrollo y conservación, dejando un legado positivo para futuras generaciones.

Servicios básicos

Las medidas anunciadas por el presidente municipal de Toluca, Ricardo Moreno, representan una acción concreta y oportuna para aliviar la carga económica de las familias en el cierre del año. En un contexto donde los servicios básicos suelen ser un gasto significativo, los descuentos y condonaciones en agua potable, drenaje y alcantarillado no sólo incentivan la regularización de pagos, sino que también promueven una cultura de cumplimiento y responsabilidad ciudadana. Sin embargo, será importante que estas medidas vayan acompañadas de una gestión eficiente del sistema de agua, de manera que los incentivos económicos se reflejen también en un mejor servicio para los toluqueños.

Ricardo Moreno, alcalde de Toluca / Foto: Alejandro Vargas / El Universal Estado de México
Ricardo Moreno, alcalde de Toluca / Foto: Alejandro Vargas / El Universal Estado de México

El reto

La entrega de agua a hospitales y centros penitenciarios por parte del Gobierno del Estado de México es una medida necesaria ante los efectos colaterales de la Operación Caudal, pero también revela la magnitud del problema en torno al manejo del recurso hídrico en la entidad. Que se requieran más de 700 pipas para garantizar el abasto en instalaciones esenciales evidencia no sólo la urgencia del operativo, sino también las deficiencias estructurales que durante años han permitido el comercio irregular del agua. Es positivo que la administración estatal, a través de la CAEM, haya actuado con rapidez para atender a los sectores más vulnerables, como pacientes y personas privadas de la libertad. Sin embargo, esta solución no puede quedarse en lo inmediato: la recuperación del agua debe ir acompañada de una estrategia integral de infraestructura, vigilancia y transparencia, que evite que los mismos problemas reaparezcan. El reto no es sólo frenar el uso ilícito del recurso, sino garantizar que cada litro, como afirma el propio gobierno, realmente llegue a donde más se necesita.

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