Al cierre del ejercicio fiscal 2024, 23 municipios del Estado de México mantienen adeudos millonarios con la Comisión de Agua del Estado de México (CAEM), lo que refleja una preocupante falta de responsabilidad financiera en los gobiernos locales. El pasivo acumulado asciende a 11 mil 469 millones de pesos, una cifra que no sólo compromete la operación del organismo estatal, sino que también evidencia una gestión deficiente y la urgencia de replantear los mecanismos de cobro y fiscalización. La titular de la CAEM, Beatriz García Villegas, enfrenta un reto mayúsculo: recuperar deudas heredadas de administraciones pasadas y detener el crecimiento de una cartera vencida que amenaza la viabilidad de los servicios hídricos. La omisión de los municipios no puede seguir siendo tolerada; es momento de exigir rendición de cuentas y establecer sanciones efectivas para quienes incumplen con sus obligaciones financieras.

Beatriz García Villegas / Foto: Especial
Beatriz García Villegas / Foto: Especial

Una más del exrector

Un trapito más sale del clóset de la administración del exrector Carlos Barrera Díaz. La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) encabezó en 2024 la lista de órganos autónomos que más recursos destinaron al pago de "estímulos" para funcionarios, con 57.5 millones de pesos, por encima incluso de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) y la Comisión de Derechos Humanos (CODHEM). El dispendio universitario revela una preocupante cultura de privilegios en la élite administrativa. La pregunta es inevitable: ¿cuántos de esos estímulos fueron realmente merecidos y cuántos sirvieron para mantener complicidades internas? Mientras la comunidad universitaria lidia con limitaciones presupuestales en infraestructura, becas y salarios docentes, la alta burocracia de la UAEMéx parece operar bajo lógicas opacas e inercia de beneficios personales. Este gasto debería abrir un debate serio sobre la transparencia y la rendición de cuentas en los órganos autónomos, empezando por las universidades públicas.

Carlos Barrera Díaz / Foto: Archivo El Universal
Carlos Barrera Díaz / Foto: Archivo El Universal

Pelea Noroña… en Ocuilan

El estilo bronco de Gerardo Fernández Noroña volvió a chocar con la realidad social. En una asamblea con vecinos de Ocuilan, el senador de Morena mostró una vez más su incapacidad para escuchar con humildad. Cuando los pobladores intentaron tomar la palabra para exponer el grave problema de tala ilegal que afecta a sus bosques, Noroña respondió con gritos, descalificaciones y acusaciones de complicidad. En lugar de actuar como servidor público, optó por señalar con el dedo y dividir a una comunidad ya golpeada por la omisión institucional. Resulta preocupante que un legislador federal, en vez de construir puentes con la ciudadanía, decida romperlos a gritos desde un estrado. Señalar que "más de uno está en complicidad con los talamontes" no solo es irresponsable, es una muestra de desprecio por el hartazgo legítimo de quienes viven con miedo al crimen ambiental. Si Noroña exige que los vecinos se enfrenten como “gallitos” a los taladores, entonces él debería dejar la tribuna y acompañarlos en el territorio donde se juegan la vida.

Gerardo Fernández Noroña / Foto: Especial
Gerardo Fernández Noroña / Foto: Especial

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