Al cumplirse el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum, el balance revela una mezcla de avances palpables, promesas cumplidas parcialmente y desafíos que siguen poniendo a prueba su liderazgo. Sheinbaum llega a este primer aniversario con niveles de aprobación que oscilan entre el 74 % y el 79 %, según diferentes encuestas (El Financiero, 2025). Este respaldo le da, sobre el papel, un piso sólido para gobernar con impulso, pero no es garantía de inmunidad frente al desgaste que obliga a traducir popularidad en resultados concretos.
Según datos oficiales, de septiembre de 2024 a abril de 2025 el promedio diario de homicidios pasó de 86.9 a 58.3 casos, lo que implica una reducción cercana al 32.9 % (El País, 2025). Sin embargo, el contraste con la percepción ciudadana es brutal: cerca del 70 % de los mexicanos expresa que se siente inseguro en su entorno (El País, 2025). Aquí se vislumbra uno de los retos más complejos de su administración: que las estadísticas no sean meros números sino que logren permear en la vida diaria de la gente.
Uno de los pilares del discurso oficial ha sido la expansión presupuestal destinada a los programas sociales. En su informe, la presidenta aludió a un presupuesto “histórico” y enfatizó que estas políticas son el corazón de su gobierno (El País, 2025). Estos programas le han granjeado reconocimiento popular, especialmente en comunidades vulneradas (El País, 2025). Sin embargo, en educación, las luces no son tan claras: a pesar del énfasis en becas y apoyos económicos, la deserción escolar no se ha contenido significativamente; muchos centros educativos siguen sin infraestructura adecuada, conexión a Internet o capacitación docente (El País, 2025). Esta dualidad, foco social expansivo pero limitaciones estructurales persistentes, es un dilema que el gobierno deberá resolver para evitar que los apoyos sean parches más que soluciones duraderas.
Frente a un contexto global complicado y tensiones comerciales, el gobierno ha tratado de proyectar estabilidad. En su informe, Sheinbaum mencionó una previsión de crecimiento del 1,2 % y destacó que México mantiene una posición arancelaria competitiva (El País, 2025). Asimismo, Fitch mejoró la calificación crediticia de Pemex tras medidas de respaldo estatal (El País, 2025). No obstante, el panorama no es tan benigno: la inversión fija bruta ha mostrado signos de retroceso, la inversión pública se ha contraído, y muchos analistas advierten que la falta de certeza jurídica y reformas estructurales robustas podrían ahuyentar capitales (El País, 2025f). La clave para el próximo año será que la disciplina fiscal se convierta en una palanca real de crecimiento, no en un corsé que limite las aspiraciones de expansión.
Una de las apuestas más audaces de su gobierno ha sido señalamientos contundentes contra la corrupción en aduanas y casos de huachicol fiscal, lo que ha atraído elogios y críticas por igual. Se han detenido a altos mandos relacionados a estos esquemas (El País, 2025). Pero el éxito definitivo dependerá de que esas investigaciones lleguen hasta las figuras más poderosas, sin titubeos ni blindajes. Sheinbaum no gobierna desde el vacío político. Su movimiento, Morena, está lleno de tensiones, lealtades contradictorias y ambiciones personales (El País, 2025h). Para que su mandato prospere, deberá consolidar alianzas, neutralizar disputas internas y garantizar que los liderazgos regionales no se escapen del control institucional. Pero gobernar México no es tarea fácil. Ganar aprobación no es sinónimo de solucionar problemas estructurales. La verdadera prueba será si puede convertir ese apoyo en políticas sostenibles que transformen la vida cotidiana de los mexicanos. Si logra avanzar en esos frentes, habrá cimentado algo más que un primer año exitoso: habrá sentado las bases de un proyecto de cambio con respaldo popular que sobreviva más allá del brillo inicial.
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