En la era digital, más del 40 por ciento de los usuarios activos diarios de Roblox son menores de 13 años, lo que significa que millones de niños están expuestos cada día a un universo virtual que, bajo la apariencia de juego y diversión, alberga riesgos reales y concretos para su seguridad.

Esto se desprende de datos recientes sobre la demografía de usuarios de la plataforma, frecuentemente citados en informes técnicos y análisis de Roblox Corporation y organizaciones de monitoreo digital infantil a partir del año 2023-2024.

Detrás del innovador entretenimiento, esta plataforma se ha convertido en un escenario donde se configuran delitos contra menores, una problemática que exige atención urgente antes de que el juego inocente se transforme en un grave peligro.

Roblox, una plataforma de videojuegos en línea ha revolucionado la forma en que niños y adolescentes disfrutan del entretenimiento digital, permitiéndoles crear y explorar mundos virtuales interactivos. Sin embargo, detrás de este fenómeno masivo que involucra a más de 85 millones de usuarios diarios, existe una realidad inquietante: la plataforma se ha convertido en un espacio donde se configuran delitos en contra de la infancia.

Creado por Roblox Corporation, este videojuego ofrece un entorno social donde los usuarios pueden diseñar juegos con una variedad de mecánicas y estilos, desde pruebas de parkour hasta aventuras de supervivencia, todo con la posibilidad de personalizar avatares. Su éxito radica en esa libertad creativa y social, pero esa misma apertura es la que ha sido explotada por adultos malintencionados para acceder y abusar de menores indefensos.

Diversas investigaciones, especialmente en Estados Unidos (Florida y Luisiana), han denunciado la falta de controles efectivos para la verificación de edad y seguridad, permitiendo que depredadores sexuales contacten directamente con niños a través de chats y la moneda interna Robux, que es usada como moneda de cambio para obtener fotos explícitas.

Este patrón de abuso virtual ha sido una constante al evidenciar el fracaso de las medidas parentales y de seguridad que la plataforma dice implementar. En México, donde Roblox ha ganado popularidad rápidamente, este problema se replica con efectos potencialmente alarmantes.

La infancia mexicana está expuesta a riesgos semejantes en un entorno digital que no solo incumple con la protección del interés superior de la niñez que se debe garantizar, sino que facilita la configuración de delitos sexuales y de explotación a través de juegos y espacios aparentemente inocentes.

En la experiencia nacional, existen casos penales vinculados a Roblox. Se han documentado múltiples incidentes con acusaciones graves y procesos legales en curso relacionados con delitos como extorsión, grooming, explotación sexual infantil y trata de menores que han ocurrido a través de Roblox.

En Coahuila, se investigó un caso de extorsión donde una menor fue víctima de un adulto que se hizo pasar por niño, le pidió fotos íntimas y luego extorsionó a la madre, un caso reportado desde 2023 y con investigación activa.

Por otro lado, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México alertó sobre el uso de plataformas como Roblox para la captación de víctimas de trata de personas, y el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la capital del país, reportó que en 2024-2025 los videojuegos en línea representaron el 4 por ciento de los casos de trata de menores.

En Ecatepec, Estado de México, se han documentado nueve casos de menores enganchados y manipulados a través de la virtualidad de Roblox, para extorsionar a sus padres con falsos secuestros. La Policía Cibernética de esa entidad detectó redes criminales operando dentro de Roblox, con hechos de grooming, ciberacoso y explotación sexual de menores.

Este doble filo de la innovación tecnológica aplicada al entretenimiento infantil llama a una reflexión urgente. No puede permitirse que una plataforma que abre puertas a la creatividad y la diversión se convierta en un patio de juegos para depredadores. La prioridad debe ser proteger a los usuarios más vulnerables con políticas robustas, controles efectivos y una regulación que responsabilice a Roblox y similares por la seguridad de los niños.

El desafío es monumental, pero impostergable: garantizar que el entretenimiento digital sea un espacio seguro, lejos de delitos y abusos, para que niñas y niños puedan disfrutar con el único propósito del pasatiempo y no convertirse en una posibilidad más de ser violentados.

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