A un año de la actual administración federal ¿hacia dónde vamos en materia de seguridad?

A un año ya de la llegada al poder de la presidenta Claudia Sheinbaum, más allá de los ritos políticos que cada año se llevan a cabo para realizar “cortes de caja” y el envío de notables generadores de violencia mexicanos hacia Estados Unidos se vuelve necesario reflexionar ¿hacia dónde vamos? Y esta pregunta podemos aplicarla a muchos rubros, pero nos enfocaremos en el de la seguridad.

A 365 días del cambio de administración federal ha quedado claro el golpe de timón que se ha dado en el tema que, junto con la salud, se volvió el talón de Aquiles de los que antecedieron la administración de la mandataria mexicana con el “Abrazos y no balazos” agrandó la ya lastimosa crisis en la cual el país se encontrara antes de la llegada de la llamada “cuarta transformación”

No sería justo negar los logros que se han alcanzado como la disminución de homicidios donde el promedio diario de homicidios dolosos ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, con un registro de 72 homicidios diarios en el sexenio actual hasta agosto de 2025, lo que representa una disminución significativa respecto al sexenio anterior.

Otros ilícitos como el robo de vehículos ha registrado una reducción importante en el robo de vehículos, con un promedio de 98.8 vehículos diarios robados con violencia en junio de 2025, una disminución del 33.5% respecto a octubre de 2024.

Desgraciadamente no todo es miel sobre hojuelas, ya que, aunque la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) de 2024 indica que, en 2023, el 27.5% de los hogares tuvo al menos una víctima de un delito y que los delitos que más afectan a la población son el fraude, el robo o asalto en calle o transporte público, y la extorsión. La verdad es que las cifras no encajan con la palpable ola de violencia que en todo el territorio nacional se vive.

Sin embargo, a las halagadoras cifras que sí, muestran cierta mejoría, se ponen en duda ciertos métodos del cómo se obtienen. Por ejemplo, en homicidios, donde estos han disminuido curiosamente en casi en la misma cantidad que las desapariciones han aumentado así como el uso de la categoría “Otros delitos que atentan contra la vida” que pareciera que se utiliza para diluir la cantidad de homicidios ocurridos en el país.

Y si a lo anterior le sumamos que, un alto porcentaje de los delitos (más del 90%) en 2024, no se denuncia o la autoridad no inicia una carpeta de investigación, lo que se conoce como la "cifra oculta". Así que en cifras vamos bien peeeeeeeeero (porque siempre existe negrito en el arroz) no se basa con la completa realidad nacional.

La actividad de la delincuencia organizada es la principal causa de homicidios y violencia con armas de fuego en el país, y se estima que su proporción en los homicidios ha crecido considerablemente.

A pesar de los datos antes primeramente expuestos, la percepción de inseguridad sigue siendo alta, y en 2024, el crimen se identificó como el mayor problema crítico por el 68% de los encuestados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ente del cual depende la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) antes mencionada.

En esta ocasión, estoy utilizando solo este instrumento de medición para que, basándonos en los datos oficiales, se pueda comprender la necesidad de la reflexión que se necesita en materia de seguridad.

¿Ha habido avances considerables? Si respecto a la estrategia anterior ¿Se deben redoblar esfuerzos? La respuesta es un rotundo ¡sí! Aquí el problema yace que hay regiones del país donde se están cometiendo los mismos errores del pasado. Se debe apostar por la prevención de la violencia y la delincuencia, así como en el fortalecimiento de las policías locales en lugar de fortalecer las estatales o nacionales ¿Por qué sostengo esto? Bueno es debido a que, con cifras del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), de los delitos denunciados, aproximadamente 17.76 % de las víctimas corresponden al fuero federal, mientras que 82.24 % pertenecen al fuero común. Por lo que sostengo que, mientras no le apostemos a generar estrategias de prevención de la violencia y la delincuencia, así como profesionalizar y equipar a los servicios policiales en el orden local no podremos tener resultados palpables para el año dos de esta actual administración federal y no sé qué piensen ustedes, pero ya la situación se siente insostenible a un mediano plazo.

hidalgomontes@gmail.com

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