El número de habitantes de un país, así como el número de personas que cuentan con un empleo dentro de ese espacio territorial puede marcar la pauta sobre las condiciones de bienestar que tiene la población en general, así como los retos que se pueden presentar por el aumento o la baja en estos índices.

En lo que respecta a la población mexicana, las autoridades tienen contemplado que para el año 2025, en México nacerán 2 millones 19 mil 907 personas y fallecerán unas 836 mil 585. Por lo que alcanzaremos la cifra de 133.4 millones de habitantes durante este año. Finalmente, se ha proyectado que para 2052, habremos de alcanzar el tope de habitantes con 147 millones de mexicanos, tras lo cual comenzará a descender el volumen de nuestra población, volumen que hubiésemos alcanzado en 2000, de no haber descendido la fecundidad.

Pese a que los especialistas consideran que la tasa de crecimiento poblacional de México es lenta, no podemos perder de vista que el aumento en el número de habitantes en el país será motivo de acciones que permitan brindar las mejores oportunidades de desarrollo personal, así como profesional a quienes decidan asentarse en el territorio.

Al relacionar la población y el empleo, nos damos cuenta cómo será primordial generar oportunidades de empleo para el grueso de la población en los próximos años, pues de acuerdo a las proyecciones el grueso de la población se ubicará en edades productivas.

Aquí es donde encontramos un primer término que relaciona al número de personas con el trabajo, la tasa de empleo. Métrica que mide la proporción de personas ocupadas respecto a la población en edad de trabajar y refleja la capacidad de un país para generar puestos de trabajo para su población en edad productiva.

En contraparte, la tasa de desocupación es el porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) que está desempleada, pero busca activamente trabajo. Y en lo que respecta a la Población Económicamente Activa es el conjunto total de personas en edad de trabajar que ya cuentan con un empleo (población ocupada) o están buscando activamente uno (población desocupada) en un período determinado.

Como resultado de estas personas que ya cuentan con un empleo o están en la búsqueda de poder colocarse en uno, lamentablemente encontramos a hombres y mujeres que optan por relacionarse con el mercado laboral informal. Un ambiente en el cual la persona trabajadora no cuenta con seguridad social o protección legal e institucional correspondiente al tiempo trabajado, en otras palabras, se encuentra en una condición vulnerable para su futuro personal y profesional.

Los números ya han marcado el camino sobre los retos que implica en el futuro el crecimiento de la población y la necesidad de crear las fuentes de empleo necesarias. Sin embargo, recientemente se dio a conocer que la creación de empleo acumulada en lo que va de 2025 es de apenas 178 mil 313 plazas, el peor balance para un periodo enero-agosto desde el 2021, recién superada la epidemia de Covd-19.

Las tendencias y los objetivos por alcanzar están marcados, como sociedad y como autoridades tenemos el reto de mejorar las oportunidades de empleo para las y los mexicanos de hoy, así como los del futuro.

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