Múltiples organizaciones nacionales e internacionales han dado a conocer su postura sobre las problemáticas y, sobre todo, las consecuencias que acarrea el incremento sin control de la deuda para un país, así como para sus habitantes.
En el contexto internacional, el Banco Mundial ha señalado que la deuda pública en niveles insostenibles perjudica el crecimiento, con consecuencias para los ciudadanos más vulnerables. Esto puede dar como resultado una disminución en la llegada de la inversión privada, aumentar las presiones sobre el gasto social y en infraestructura, así como limitar la capacidad de los Gobiernos de implementar reformas.
Mientras que, en el país, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), ha indicado que uno de los principales problemas económicos que existe en la actualidad es el elevado monto de la deuda que poseen los distintos gobiernos en el mundo, así como su drástico incremento. Y para poder cumplir con el servicio de la deuda, los gobiernos deben de reducir el gasto en conceptos como es el gasto en infraestructura o en educación, en salud o en seguridad pública. Una realidad que se presenta en diversos puntos del orbe, así como en nuestro país.
Aquí es donde surgen un par de cuestionamientos, si bien existen normativas que regulan el uso adecuado de recursos públicos ¿por qué las autoridades no se apegan a la regla de oro de endeudamiento? Y ¿de qué trata esta normativa administrativa?
Esta propuesta surgió en el Reino Unido y se ha puesto en marcha en naciones europeas como Francia, Alemania, España e Italia. El origen de la Regla de Oro se remonta a 1997 y los principales puntos de esta estrategia de gobierno fueron enumerados por primera vez por el entonces Ministro de Hacienda, Gordon Brown. Siendo formalizado en la Ley de Finanzas de 1998 y en el Código de Estabilidad Fiscal, aprobado por la Cámara de los Comunes en diciembre de 1998.
La Regla de Oro hace mención de que, el Gobierno solo se endeudará para invertir y no para financiar el gasto corriente. En otras palabras, el Gobierno sólo debería endeudarse para financiar inversiones que beneficien a las generaciones futuras.
En términos económicos, la Regla de Oro se desprende de la teoría macroeconómica. En igualdad de condiciones, un aumento del endeudamiento público eleva la tasa de interés real, lo que a su vez desplaza o reduce la inversión, ya que se requiere una mayor tasa de rendimiento para que la inversión sea rentable. A menos que el gobierno utilice los fondos prestados para invertir en proyectos con una tasa de rendimiento similar a la de la inversión privada, la acumulación de capital disminuye, con consecuencias negativas para el crecimiento económico.
Esta propuesta para un mejor gobierno salta a la vista, tras un análisis sobre las finanzas públicas del país, realizado por la organización México Evalúa en la que se observó que por cada peso de deuda que se contrajo en el primer semestre de este año, se han destinado sólo 70 centavos a la inversión en infraestructura.
Hoy se requieren de medidas extraordinarias que favorezcan un buen manejo de las finanzas públicas para el bienestar de las familias mexicanas en el presente, así como en el futuro. El manejo adecuado de los recursos también será un impulso para el desarrollo de México.
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