De acuerdo con especialistas el tema de la gentrificación no es nuevo, siendo resultado de un fenómeno que se presenta a escala global como respuesta a causas económicas, culturales y turísticas. A través de este movimiento se transforman principalmente barrios al elevar el coste de vida y alterando su identidad.

La primera vez que apareció el término gentrificación fue en 1963 como parte de un estudio de la socióloga británica Ruth Glass sobre la ciudad de Londres. A través de esta definición se buscó hacer conciencia del proceso de reapropiación del centro urbano de la capital inglesa por parte de las clases medias y medio-altas, lo que provocó el desplazamiento de las clases obreras que habitaban los barrios centrales hacia la periferia.

Mientras que, en los últimos años, estudiosos como Neil Smith, geógrafo y académico escocés, han señalado que la globalización favoreció la configuración de un nuevo urbanismo, lo cual implicó una mayor influencia de factores endógenos sobre la producción y reproducción urbana. Al mismo tiempo se habla de que las ciudades han ido adquiriendo mayor peso en el tablero mundial por las actividades que aglutinan, así como por la cantidad de población con la que cuentan, ya que actualmente un mayor número habita en zonas urbanas.

Al tomar como ejemplo el proceso de gentrificación que experimentó Paris, y que en la actualidad se lleva a cabo en diversos puntos del orbe, se observó un proceso silencioso que aceleró el deterioro de algunas zonas del centro de la ciudad, lo que provocó la desvalorización de los predios y el abandono de los residentes originales.

Posteriormente se llevó a cabo una rehabilitación progresiva por parte de los considerados “pioneros urbanos”, usualmente artistas o grupos alternativos que, poco a poco y sin haberlo planeado, atraen el interés del capital privado para renovar estas zonas por medio de servicios o construcciones que elevan los estándares y precios.

En resumen, la desvalorización inicial de los predios facilita su adquisición y una implementación lenta de iniciativas que modifican su uso original, seguida de intervenciones de mayor magnitud que producen espacios que resultan llamativos para nuevos grupos sociales que, por tener un mayor poder adquisitivo, se pueden permitir cubrir los costos altos de los servicios y de las viviendas disponibles.

Pese a que muchas personas consideran que la gentrificación sólo ocasiona problemáticas en los espacios y para las personas que se ven desplazadas, ONU Habitat considera que este movimiento también genera recursos y crea demandas por nuevos servicios en una ciudad consolidada. Lo que favorece la imagen, calidad de vida y beneficios para las poblaciones aledañas.

En lo que corresponde a nuestro país, tras las primeras movilizaciones visibles en la Ciudad de México en contra de la gentrificación, en diversos espacios de análisis consideran que las colonias que son epicentro de este fenómeno en el centro del país son Roma, Condesa y Juárez.

Mientras que, en el resto del país, ciudades como Oaxaca, San Miguel de Allende, Tulum, Playa del Carmen, Guadalajara, Monterrey y Querétaro experimentan situaciones similares con una población local que enfrenta escasez de vivienda asequible y constantes desplazamientos.

Síguenos en nuestras redes sociales:

Instagram: , Facebook:  y X: 

Google News

TEMAS RELACIONADOS