Trabajar para erradicar la violencia de género en cualquiera de sus formas, es uno de los mayores pendientes que tanto autoridades como sociedad tenemos con las niñas y mujeres de todo el mundo, así como de nuestro país.
Una tarea que debe ser atendida de manera urgente por todos los miembros de la sociedad y que tiene su mayor eco cada 25 de noviembre, día en que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en todo el mundo.
Un día de manifestaciones, expresiones y movilizaciones por parte de las mujeres que buscan poner en la agenda pública la problemática que representa el que 50 mil mujeres y niñas fueran asesinadas en alguno de los 117 países tan solo durante 2024. Una cifra que equivale a 137 mujeres asesinadas diariamente, o una mujer cada 10 minutos.
Tras la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, diversos organismos internacionales plantean la realización de 16 días de activismo para reflexionar y actuar frente a las múltiples formas de violencia que siguen afectando la vida, la salud y las oportunidades de las mujeres y las niñas.
Para ONU Mujeres, la violencia de género puede ser definida como aquella violencia dirigida contra una mujer por el hecho de ser mujer o que afecta a las mujeres de manera desproporcionada. Incluye actos que infligen daño o sufrimiento físico, mental o sexual, amenazas de tales actos, coacción y otras privaciones de libertad.
En este sentido, y tomando como referencia la clasificación otorgada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), encontramos 5 diferentes tipos de violencia de género contra las mujeres. Psicológica, física, patrimonial, sexual y económica.
La violencia psicológica implica acciones como negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas hacia la mujer.
Dentro de la violencia física se inflige un daño no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones internas, externas, o ambas.
La violencia patrimonial, corresponde a cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos.
Mientras que la violencia sexual causa lesiones y daña la dignidad, integridad o libertad de las mujeres. Asimismo, degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de una mujer, es una expresión de abuso de poder sobre la mujer al concebirla como objeto.
Finalmente, la violencia económica se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral.
Sin importar la fecha, en nuestra sociedad debemos renovar nuestro compromiso con la prevención de la violencia en todas sus formas, fortalecer las redes de apoyo, compartir aprendizajes y desarrollar estrategias que contribuyan a eliminar todas las formas de violencia hacia la mujer para alcanzar la equidad e igualdad.
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