En un hecho inédito, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en coordinación con las autoridades de Protección Civil del Estado de México, decidió mantener cerrado el acceso al Nevado de Toluca (4 mil 680 mts), a pesar de que se había especulado que sería reabierto durante el periodo vacacional decembrino, época en la que, tradicionalmente, la caída de nieve atrae a miles de visitantes.
A lo largo del año, en este espacio hemos insistido en la frágil situación del Xinantécatl provocada por el turismo masivo que se presenta al arranque del año (en plena estación invernal), así como el incesante daño ocasionado por la tala clandestina y el riesgo latente de incendios forestales.
Señalamos el absurdo de tener que vigilar a los paseantes para preservar a la cuarta montaña más alta de México que, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad mexiquense, durante enero de este año registró la visita de 140 mil personas y el ingreso de poco más de 22 mil automotores, cuyo impacto lo coloca al borde del colapso. Pareciera que la diversión efímera anula el daño persistente que se le ocasiona.
En su momento, se externó también la posibilidad de una nueva categoría para “blindar” a nuestro emblemático volcán, sin tomar en cuenta que ya en el 2013, el cambio de “parque nacional” a “área protegida de flora y fauna” por decreto presidencial, únicamente favoreció la explotación comercial y turística.
Así lo han denunciado en los últimos años académicos y representantes de organizaciones ambientalistas, quienes han advertido también que el Nevado de Toluca ha perdido el 30 por ciento de su masa forestal, debido a la tala clandestina, los incendios forestales -provocados en su mayoría por actividades humanas-, así como a la falta de una regulación apropiada para visitarlo.
Frente a ese panorama, el Xinantécatl atraviesa una auténtica encrucijada, ya que se trata de un ecosistema que contribuye a la recarga de los mantos acuíferos regionales y a la mejora de la calidad del aire en el Valle de Toluca.
En realidad, el accidente ocurrido el 10 de agosto pasado, cuando la volcadura de una camioneta provocó once turistas lesionados y el cierre indefinido que se mantendrá hasta nuevo aviso, fue la “punta del iceberg” que reveló un problema estructural.
Garantizar la seguridad de los visitantes, proteger el entorno natural y promover el desarrollo responsable de actividades recreativas son condiciones indispensables para alcanzar una nueva relación que no esté anclada al aspecto meramente comercial. La posibilidad de un futuro sostenible dependerá de ello.
Bien decía el naturalista Robert Green Ingersoll: “En la naturaleza no hay recompensas ni castigos, sino consecuencias”.
Brújula. Justo en un momento crucial para el Nevado de Toluca, que ha sido motivo de inspiración, el llamado de la montaña cumple un año de publicarse en El Universal Estado de México. Gracias a su interés y apoyo, este espacio redobla su apuesta para seguir impulsando una labor de difusión que promueva el conocimiento, la admiración por nuestras montañas y, por ende, su respeto.
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