Como recordarán, el acceso al Nevado de Toluca (4 mil 680 metros) se suspendió el 10 de agosto pasado, debido a la volcadura de una camioneta que trasladaba a un grupo de turistas con saldo de trece personas heridas; el percance puso de manifiesto, una vez más, la necesidad de regular y vigilar el servicio de transporte controlado por comuneros hacia la zona del cráter y las dos lagunas.
Una semana después, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) informó que trabajaría en una “nueva modalidad de atención turística” para el Xinantécatl, a fin de garantizar la seguridad de los visitantes, la protección del entorno natural y el desarrollo responsable de las actividades recreativas.
Sin embargo, la reapertura programada para el 18 de octubre pasado fue cancelada unas horas después de haber sido anunciada.
En este espacio hemos advertido, a lo largo del año, la delicada situación ambiental de este ecosistema, decretado como Área Natural Protegida en 2013, que además de incendios forestales y tala clandestina debe soportar también el desbordamiento de paseantes, sobre todo cuando se registran nevadas, temporada que, por cierto, está por iniciar.
La presión por levantar la restricción es evidente, tanto para las autoridades como para los pobladores cercanos al volcán, quienes dependen de los servicios de transporte y alimentos como principal fuente de ingresos, la cual se ha visto perjudicada seriamente por el cierre indefinido.
Sin embargo, frente a la nueva disposición que permitiría únicamente el ingreso a pie a la parte alta del cráter, fuentes cercanas a la negociación aseguran que el grupo de conductores que operaba las camionetas (y que forma parte de la propia comunidad) propone que se autorice el acceso de vehículos particulares, siempre y cuando paguen una cuota por ocupante.
Los argumentos de la Conanp, apoyada por el Grupo Técnico de Contingencias, integrado por doce dependencias de los tres órdenes de gobierno, para el establecimiento del nuevo protocolo mantienen su postura inicial, garantizar la seguridad de los visitantes, preservar el entorno natural e impulsar actividades recreativas de manera responsable.
Hacer prevalecer ambas posturas implica alcanzar un equilibrio que hoy parece más distante que nunca. Además, bajo este panorama sombrío, a quienes visitamos el Nevado de Toluca nos corresponde reflexionar sobre el futuro al que aspiramos, pues al final de cuentas, protegerlo es velar también por nuestra propia supervivencia.
Por tanto, el llamado de la montaña nos recuerda, una vez más, las palabras del naturalista estadounidense Robert Green Ingersoll: “En la naturaleza no hay recompensas ni castigos, sino consecuencias”.
Brújula.- En esta ocasión, el rumbo informativo está de luto. La Asociación de Montañismo de Nepal confirmó el fallecimiento de Kamcha Sherpa, el último integrante con vida de la memorable expedición que, en 1953, llevó a Edmund Hillary y Tenzing Norgay a conquistar por primera vez la cumbre más alta del planeta: el Everest (8 mil 848 metros).
Con su partida, a los 92 años, se cierra uno de los capítulos más importantes en la historia del montañismo. Descanse en paz.
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