A punto de cumplir 81 años, Reinhold Andreas Messner (17 de septiembre de 1944, Italia) se convirtió en el primer ser humano en escalar las 14 montañas de más de ocho mil metros de altura sin oxígeno suplementario, hazaña que le llevó 16 años (1970-1986). También fue el primero en ascender en solitario y sin oxígeno embotellado el Everest (8,848 metros); solo por citar dos de sus mayores gestas.

Realizó estas proezas en una época en la que aquellas cumbres eran prácticamente territorios vírgenes. Incluso abrió seis rutas nuevas en su reto de los catorce ochomiles. Lo hizo alejado del revuelo mediático y con un estilo y una filosofía que definieron la esencia del montañismo: desafío, tenacidad, riesgo, autosuficiencia, experiencia, autenticidad, el fracaso como lección y, sobre todo, amor y respeto por la montaña.

Messner redefinió los límites de lo que era humanamente posible. Fiel a su estilo, ha dedicado toda su vida al montañismo. Medio centenar de libros escritos (según la Fundación Princesa de Asturias, que le otorgó el Premio al Mérito Deportivo en 2018) reflejan su crecimiento y consolidan su concepto de “alpinismo de renuncia”, consistente en prescindir de muchos apoyos materiales y humanos.

Sin exagerar, podemos afirmar que estamos frente a un personaje que ha predicado con el ejemplo. Heredero de la tradición más pura, su trayectoria nos recuerda que la montaña siempre ha estado ahí; somos nosotros, empujados por la ilusión de inmortalidad, quienes perseguimos lo inalcanzable a costa de lo imposible, sin importar el precio.

Al menos hasta que el reconocimiento inmediato exija pruebas: una imagen que lo explique todo, que lo verifique, que no deje lugar a dudas. Entonces surgen figuras como Nirmal Purja (¿El más rápido, el primero?, El llamado de la montaña, publicado el 12 de agosto pasado), quien saltó a la fama en 2019 al anunciar que había logrado los 14 ochomiles en apenas seis meses, respaldado por un amplio equipo de apoyo y recursos tecnológicos.

En aquel momento nos preguntamos si tal logro merecía equipararse al de personajes como Reinhold Messner.

Mientras documentaba esta colaboración encontré varias noticias sobre Marco Confortola, otro alpinista italiano que, tras anunciar recientemente haber completado el famoso reto de los 14 ochomiles, se ha visto envuelto en la polémica. Colegas y expertos -incluido el propio Messner- cuestionan la autenticidad de sus ascensiones y advierten sobre la manipulación digital en muchas de las fotografías que presenta como pruebas de sus cumbres, aunque Confortola rechaza las acusaciones.

El contraste entre ambos personajes evidencia una tensión generacional: Messner se distanció de las grandes expediciones para experimentar lo auténtico, mientras Confortola recurre a todo apoyo posible, e incluso a la presunta manipulación de pruebas, para obtener reconocimiento. La cima ya no parece ser suficiente.

Desde El llamado de la montaña le deseamos un feliz cumpleaños a Reinhold Messner, para quien ninguna cima vale tanto como una “nube” digital.

Brújula.- El rumbo informativo debe mantenerse en casa. Esta semana, la secretaria de Cultura y Turismo del Estado de México, Nelly Carrasco Godínez, informó que se trabaja con todas las instancias involucradas en la pronta reapertura del Nevado de Toluca, a un mes de su cierre tras el accidente en el que 11 personas resultaron heridas por la volcadura de una camioneta que los trasladaba sin las medidas de seguridad adecuadas. El tiempo sigue corriendo.

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