La discusión para reformar la Ley de Amnistía en el Estado de México no sólo es necesaria, es urgente. Los foros abiertos en el Congreso muestran que el sistema penal mexiquense enfrenta fallas estructurales que ya no pueden esconderse bajo el trámite burocrático. El diputado Octavio Martínez Vargas lo planteó sin rodeos: en una década, la población penitenciaria se ha duplicado y miles de personas viven procesos plagados de irregularidades originadas en la Fiscalía y el Poder Judicial. Su señalamiento no es menor; exhibe un aparato que, lejos de garantizar justicia, ha permitido abusos, fabricación de delitos y prisiones preventivas que se extienden más allá de lo razonable. Reconocer que el Estado también se equivoca, como señalaron especialistas y colectivos, es el primer paso para corregir un sistema que castiga más la vulnerabilidad que el delito. La amnistía, bien construida, puede ser una herramienta de justicia restaurativa; pero si no viene acompañada de una transformación profunda de la FGJEM y de prácticas institucionales obsoletas, será sólo un parche más en un sistema que ya no resiste más simulación.

Epicentro de la salud
El Segundo Congreso Internacional de Salud y Bienestar llega a la capital mexiquense como un recordatorio de que el país necesita espacios donde el conocimiento médico circule sin barreras y la actualización profesional no sea un privilegio, sino una obligación institucional. La presencia de especialistas de 25 países y miles de asistentes habla del interés por fortalecer un sistema que, aún con avances, arrastra rezagos estructurales. La secretaria Macarena Montoya acierta al poner sobre la mesa temas como la humanización de la atención, la eficiencia en trasplantes y la vigilancia epidemiológica, áreas donde las fallas suelen tener consecuencias directas en la vida de los pacientes. Que este encuentro sea gratuito y ofrezca puntaje para la recertificación es un acierto que debería replicarse a nivel nacional. La verdadera pregunta es si, después de cinco días de intercambio de experiencias, la estructura sanitaria mexiquense tendrá la capacidad de transformar ese conocimiento en mejores prácticas, protocolos más sólidos y una atención más digna.

Trabajo vecinal
La faena comunitaria en San Juan Zitlaltepec demuestra la fuerza de la organización vecinal, pero también evidencia el abandono institucional que por años ha afectado a los pueblos originarios. Que los habitantes tengan que aportar recursos, materiales y trabajo físico para rehabilitar sus propias calles habla menos de solidaridad, que es admirable y más de la ausencia del gobierno municipal de Zumpango. La comunidad recuerda con razón que el primer palacio municipal está en su territorio y que también merece atención y servicios. San Juan ya dio el ejemplo; ahora las autoridades deben responder
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